Se realizaron millonarios pagos ficticios a asociaciones de padres de familia que no funcionan o no están constituidas legalmente, según Fiscalía.
Una de ellas está localizada en la vereda Palo Gordo, en el municipio de Suaza, a donde se llega por una vía destapada, cruzando ríos y en medio de la pobreza.
El fiscal Néstor Humberto Martínez reveló que el Programa de Alimentación Escolar de Santander supuestamente le pagó 290 millones de pesos.
Hermógenes Isaza, representante de la asociación, afirmó que está conformada por “líderes nombrados por nosotros mismos”, pero que esta no se ha constituido legalmente.
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Afirma que nunca se hicieron contratos con Santander, que no cultivan para sembrar a gran escala y tampoco recibieron el dinero. “Es una gran mentira, es un gran fraude, ustedes mismos se están dando cuenta que no existe cultivo de fruta ni nada, aquí sale solamente para el consumo de nosotros mismos”.
El dinero que según el contrato se había pagado, terminó en una consignación para la compra de un apartamento.
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En la vereda La Galaxia, en Tarqui, se hizo una supuesta negociación para suministrar postres por 20 millones de pesos para los niños de Santander.
Allí la asociación sí existe, pero “hace unos seis años dejó de funcionar”, informó Reinel Arturo Cuéllar, representante de la organización.
“Acá somos agricultores de café” y sobre los postres del contrato, Cuéllar señaló: “ni los sabemos preparar”.
Ese dinero fue consignado a un hombre que se declaró ajeno a la transacción, dijo la Fiscalía.
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