Con este proyecto se benefician 50 productores de 12 municipios. Los científicos esperan así evitar la extinción de esta importante especie.
La finca Cristales en la vereda San Pedro, del municipio de Oiba, Santander, hace parte de los 50 productores de 12 municipios que integran el proyecto de inseminación artificial de abejas que lidera el Sena en esta región del país.
"La mejoría del material biológico que hemos recibido de este proyecto, se ve incrementada la producción porque antes era empíricamente", dice Heriberto Garavito, productor de abejas.
Publicidad
El investigador Miguel Ángel Linares, con su equipo de aprendices, se acerca cuidadosamente al corazón del apiario para elegir la muestra de la que saldrán el zángano y la abeja reina directo al laboratorio.
Ya en el laboratorio, empieza la tarea científica.
Publicidad
Los investigadores se encargan de la selección de la pareja de abejas y deben asegurarse de que cumplan con los requisitos de sanidad.
Luego de la rigurosa selección, la abeja reina es sedada durante cerca de cinco minutos para pasar al microscopio. Allí, con milimétrico tacto, se le inyecta el líquido seminal, el cual se le ha extraído al zángano luego de un trabajo de estimulación.
"El proceso de inseminación consiste en hacer una colecta de semen, conservar el semen en estas jeringuillas y traer a la reina, dormirla y luego traerla al equipo para ponerle en una posición para apertura e inseminación", dice el investigador Miguel Ángel Linares.
La abeja reina ya está lista. Se espera que en diez días inicie la postura de huevos en el núcleo de desarrollo, con lo que se comprueba la efectividad del proceso en el laboratorio.
Publicidad