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Hace tres semanas, en el centro de Yarumal, Antioquia, los pasos de hombres judíos vistiendo kipas y con sus sobresalientes patillas (peot) causó la sorpresa de los vecinos quienes se extrañaron al ver a esa comunidad en pueblo, de 45.000 habitantes y a tres horas de Medellín.
“¿Y esos manes qué, pues?”, se preguntaron algunas personas quienes los vieron de reojo. Lo que apenas conocieron en Yarumal es que los “extraños” hacen parte de Lev Tahor, una comunidad de origen judío conocida como una secta ortodoxa. Pero lo realmente preocupante es que son señalados internacionalmente por algunas de sus prácticas, como presuntos delitos graves contra menores de edad, entre ellos el secuestro y la explotación sexual.
Las investigaciones contra Lev Tahor han terminado, en algunos casos, dejando tras las rejas a algunos de sus líderes o con procesos investigativos en Estados Unidos y Guatemala.
Otra de las prácticas que preocupa sobre esta secta son los casamientos entre niños de 12 y 13 años, incluso entre primos. De acuerdo con investigaciones internacionales, el objetivo de estos matrimonios jóvenes es la procreación para que el grupo crezca y se mantenga. También se han reportado casos de abuso sexual.
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Las pesquisas contra Lev Tahor han detallado que la secta generalmente busca establecerse en zonas rurales apartadas. Hay antecedentes sobre colonias en México y Guatemala en lugares alejados donde organizaron su estadía permanente.
Siguiendo ese modus operandi, un grupo de al menos 26 personas de la secta, entre ellos 17 menores de edad, llegaron a Yarumal hace tres semanas, estableciéndose en un hotel de esa población. Esta información fue alertada a Migración Colombia. De inmediato, unos investigadores se desplazaron al lugar para conocer los pormenores de lo que estaba ocurriendo en ese establecimiento.
Gloria Arriero, directora de Migración Colombia, explicó en entrevista con Blu Radio que tras las indagaciones establecieron que se trataba de Lev Tahor, una secta que tiene integrantes condenados en Estados Unidos. Los primeros detalles señalan que la comunidad ingresó a Colombia en dos grupos: el primero por el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro, Antioquia; el segundo por el terminal aéreo de Cartagena.
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Las indagaciones también refieren a que su estadía en el hotel sería transitoria, pues el plan de los 10 adultos que encabezaban el grupo era establecerse en una finca alejada, como lo han hecho en Guatemala y México. “Lo que hacen es que buscan unos lugares aparentemente alejados, en zonas rurales, para ubicarse y pues ahí mantenerse por un tiempo”, explicó
La funcionaria añadió que se está estudiando que decisión administrativa se tomará con la secta, teniendo en cuenta que en Colombia no han cometido ningún delito. “Muy seguramente será una expulsión. Lo que sucede es que nosotros tenemos el contexto de lo que ya ha pasado a nivel internacional en varios países”, anotó.
Uno de los puntos clave es que cinco de los niños contaban con circular amarilla de la Interpol para su búsqueda. No obstante, al momento del hallazgo, los menores estaban con alguno de sus padres, por lo que las autoridades colombianas están indagando las razones por las cuales fue emitida la alerta.
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