Cuando los compradores de la droga llegaban a cerrar el negocio, estafadores los emboscaban y les quitaban el dinero.
En medio de la selva de la cordillera oriental, en el sur del departamento, las autoridades ubicaron a los miembros de la banda que se hacía pasar por disidencia.
En su poder tenían un supuesto cargamento de pasta de base de coca, enterrado en canecas, que en realidad era maíz.
Cuando sus clientes, los narcotraficantes, llegaban a terminar la transacción, eran retenidos.
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“Estas personas utilizaban fusiles neumáticos y prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares”, declaró el coronel Javier Navarro, comandante de la Policía de Caquetá.
Los estafadores serán judicializados por estafa, hurto y uso privativo de prendas oficiales.
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Además, autoridades también le siguen la pista a los clientes engañados, que hacen partes de redes de tráfico de estupefacientes.