Una familia en Chía, Cundinamarca, vivió una pesadilla al ser secuestrada en su propia casa mientras los robaban.
Por cerca de dos horas, una pareja de esposos y sus cuatro hijos de 2, 4, 7 y 8 años fueron sometidos y amenazados por ladrones que entraron a la habitación donde estaban todos reunidos.
“De pronto vemos un hombre encapuchado vestido de negro apuntándonos con un revólver y empieza a gritar. En realidad nos costó un par de segundos enfocarnos y decir esto es de verdad lo que estamos viendo”, relató Elizabeth Gray.
“Mi hija de 8 años en ese momento se lanza sobre su hermano de 7 y la bebé de 2 y empieza a gritar ‘no nos maten, no nos maten’. Luego mi hijo de 7 años se me tira encima, se me orina del susto”, recordó sobre ese momento.
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Con las mismas sabanas de la cama los amordazaron y los tiraron al piso bocabajo.
“A mi esposa la golpearon en dos ocasiones, le dieron dos patadas, a mí me tiraron al piso, me sometieron primero, me amarraron bocabajo de manos y luego los pies”, contó Jorge Giraldo.
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“Todo el tiempo la cabeza te está maquinando porque uno piensa que se van a llevar los niños, les van a hacer algo, nos van a ajusticiar a todos para no dejar evidencia, no sé”, agregó.
El padre afirmó que los delincuentes, que venían por un supuesto dinero que guardaban en la casa, empezaron a amenazarlos diciendo “que si encuentran algo de lo que no les estemos hablando les empiezan a cortar los dedos a los niños, entonces uno amarrado bocabajo en el piso, la impotencia, la fragilidad de los niños”.
La Sijín, que investiga el robo, reveló que los criminales se llevaron los discos duros de las cámaras de seguridad.
El coronel Carlos Feria, comandante de la Policía de Sabana Centro, explicó que en “este tipo de hurtos, o este caso en específico, se presenta un perfilamiento a las víctimas por su estrato social, digamos por las vulnerabilidades que puede presentar el conjunto residencial para poder cometer el hecho”.
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Los delincuentes, que son buscados, deberán responder por tortura, secuestro y hurto.
En lo corrido del año se han registrado 221 hurtos similares a este y, aunque preocupan estos asaltos en la sabana norte de Bogotá, las autoridades hablan de una reducción del 51% de los casos.
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