En los escombros que dejó la calle de Bronx no solo se encontró basura, también las intenciones de superar la condición de habitantes de la calle que resultaron sumergidos en un mundo no apto para los corazones más frágiles. Las cartas que se encontraron en este lugar son testigos de los llamados desesperados, pero sobre todo la frustración de no poder emerger del agujero que arrastra a través de la droga, el trago y los vicios.
“Mi bebe [sic]:
La amo mucho(.) Perdoneme[sic] por todo lo malo que le he hecho pasar
La kiero[sic] con todo mi corazón. La pienso, la extraño, me hace muchísima falta
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Siempre juntos. Te amo.
mi hermosa
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Margarita”
Los textos, algunos acompañados de fotografías, se encuentran en las paredes y entre la basura como intentos desesperados de recordar quienes son y de no olvidar que a pesar de su desafortunada presencia en ‘la L’, dejaron un mundo atrás lleno de recuerdos. Pedir perdón a través de letras plasmadas en hojas de papel parece la salida más fácil para expiar sus culpas, así como se ve en esta carta dirigida a una madre:
“Hola mamá
Solo quiero que sepa que me hace mucha falta(.) Quiero que me perdone por todos los sufrimientos que le hice pasar(.) Que apenas acá es cuando me he arrepentido y me causa mucha frustración y impotensia[sic] porque ya es muy tarde pero cuando salga de acá vamos a estar cambiando todos porque esto nos va a cambiar de por vida.”
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Los escritos fueron encontrados por el concejal bogotano Jorge Torres, quien además registró el hallazgo de armas de fuego con silenciador y granadas de fragmentación. Cheques, los cuales se presume que respaldaban los millonarios negocios y centenares de máquinas tragamonedas, tantas como en un ciudad como Pereira.
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