Ante una fiscal delegada, el sargento Bernardo Garzón volvió a negar su participación en la retoma militar del Palacio de Justicia, y de paso rechazó el calificativo de “eslabón perdido” con el que el fiscal general lo rotuló hace dos años, cuando fue capturado por el CTI.
El sargento Garzón admitió que como miembro de la inteligencia militar del Ejército se infiltró en el M-19, en la estructura media de la organización, donde permaneció antes, durante y después de que el grupo insurgente se tomara el Palacio de Justicia.
"Yo me infiltré y por eso me sentenciaron a muerte y hui. Pagaron recompensa por mí”, declaró el militar.
Sin embargo, contrario a las declaraciones de Garzón, la Fiscalía sospecha que él sí estuvo presente durante la retoma, a juzgar por fotografías y videos en los que supuestamente aparece a un lado de los civiles que iban saliendo con vida de los cruentos hechos.
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“No soy yo, yo no estaba, yo estaba en Cali desde antes hasta diciembre, hay pruebas”, insistió el cuestionado sargento.
Además de negar que es el enigmático hombre de la fotografía, el sargento Garzón también se retractó de unas declaraciones de hace más de 20 años, en las que dijo a la Procuraduría que un general del ejército y otros oficiales fueron los responsables de las desapariciones de los civiles.
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"Le pido perdón al general Iván Ramirez porque mentí”, declaró el suboficial. Así mismo, acusó a un excorresponsal de la televisión estadounidense de haberlo engañado para que declarara contra sus superiores.
El sargento Garzón comparece en un juicio público, acusado de las torturas a un hombre, casualmente, también miembro del M-19, cuando estuvo infiltrado en esa guerrilla.