Un patrullero de la Policía de Bogotá falleció en extrañas circunstancias. Según las primeras versiones, se encontró con un amigo, también de la institución, a quien le quitó el arma de dotación y se disparó.
El fallecido estaba en su día de descanso y, en aparente estado de alicoramiento, pasadas las 11 de la noche, llamó al capitán que era su amigo y le pidió recogerlo en el portal de Las Américas de Transmilenio.
En medio de una discusión, el patrullero habría tomado el arma de dotación del capitán, con la cual se propinó un tiro.
Angustiado por lo ocurrido, su amigo lo subió a su camioneta y lo llevó al hospital de Kennedy. Desafortunadamente el patrullero ya no tenía signos vitales.
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La institución indaga por qué el capitán de la Policía dejó su puesto para ir a recoger al amigo y cómo este tuvo acceso a su arma de dotación.
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