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Comúnmente es frecuente escuchar que las madres harían todo para que sus hijos estén bien; ese es el caso de María Janet Pardo Suárez, una mujer colombiana que desde muy pequeña fue víctima de diferentes abusos y violencia, hoy denuncia lo que considera una adopción ilegal de cuatro de sus hijos y pide ayuda para lograr que los tres que continúan con vida regresen a Colombia desde Jordania.
Su historia fue contada en un episodio del pódcast Vos podés, conducido por Tatiana Franco, donde Pardo relató un proceso que, según su testimonio, comenzó hace más de siete años con la intervención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y que terminó con la salida de sus hijos del país sin que ella tuviera información clara sobre su paradero durante años.“Mis hijos no están pagando arriendo, ellos no tienen ninguna necesidad porque yo trabajo para ellos”, dijo la madre en medio de la entrevista, al rechazar las versiones que, según ella, motivaron la actuación de las autoridades de infancia.
De acuerdo con su relato, María Janet es madre de nueve hijos, fruto de dos relaciones. Con el padre de sus hijos mayores, Jefferson, Alex, Jordan, Anderson y David, vivió una relación marcada por la violencia y el maltrato, lo que la llevó a separarse.
Posteriormente tuvo cuatro hijos más, Sofía, Juan Esteban, Joseph y Sneider, con una segunda pareja que, según contó, no asumía responsabilidades y se ausentaba durante largos periodos.En ese contexto, explicó, comenzó lo que describió como “el calvario con el ICBF”.
Según su versión, la entidad intervino tras denuncias anónimas que señalaban presunto maltrato, abandono, falta de alimentación y ausencia escolar "Todo esto fueron las bases para que se llevaran a los niños", aseguró. Ante esto la madre negó esas acusaciones y aseguró que sus hijos estudiaban, tenían vivienda y alimentación, y que ella trabajaba de manera constante en reciclaje, labores por días, en recolección de flores y en restaurantes para sostenerlos. “Yo no me quedaba quieta”, afirmó.
Relató que hubo un primer retiro de los niños por parte del ICBF que duró algunos meses, pero que posteriormente se los devolvieron tras demostrar estabilidad laboral. Sin embargo, dijo que una segunda denuncia, que asegura provenía de una tía, hermana de su mamá, derivó en una nueva intervención. En esa ocasión, según su testimonio, los menores fueron entregados de manera temporal a esta familiar como “familia extensa”, situación que terminó con otro retiro por parte de la entidad.
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María Janet señaló que, en esa etapa, una defensora de familia identificada como Ángela Galindo Gutiérrez habría impulsado el proceso de adopción. Según su relato, pese a que solicitó colaboración para poder sacar adelante a sus hijos, la funcionaria cuestionó sus condiciones económicas.
“Empecé a batallar nuevamente con ella: ‘doctora, ayúdeme, colabóreme’. Me dijo: ‘¿usted quiere a sus hijos? Hágame el favor y empiece a traer semanalmente el mercado, el vestuario y la lonchera para los niños… es eso o los niños se quedan acá’”, aseguró.
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Sin embargo, afirmó no haberse sentido afectada, pues se describió como “una mujer a la que le gusta trabajar”, por lo que le contestó que no había problema, que continuaría como recicladora, ante esto la funcionaría le contestó: "Ese no es trabajo digno para usted y para los niños menos. María Janet Pardo sostuvo que se siempre se opuso a la adopción “Yo soy la mamá, yo soy la única familia que ellos tienen”,afirmó.
Uno de los momentos más difíciles que narró fue la enfermedad de su hijo Jordan, diagnosticado con “cáncer a la médula, a la sangre”, según sus palabras. Contó que llevó la historia clínica a la defensora para pedir apoyo, pero que recibió una negativa. “No le voy a entregar a los niños y menos ahora que su hijo tiene cáncer”, afirmó que fue la respuesta.
Más adelante, relató que perdió todo contacto con los menores y que dejó de recibir información sobre ellos. “Ya no me los dejaba ver. Ya no me daba razón”, dijo.Durante años, aseguró haber buscado respuestas en entidades como la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, la Personería y la Gobernación de Cundinamarca, sin éxito.
La información sobre el destino de sus hijos, según contó, llegó tiempo después a través de terceros, quienes le dijeron que habían sido dados en adopción y sacados del país.El relato tomó un giro aún más complejo cuando, según Pardo, fue contactada desde el exterior y posteriormente desde Jordania.
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Dijo que le enviaron fotografías y nombres completos de los niños, lo que confirmó para ella que se trataba de sus hijos. “Son mis hijos”, afirmó. En esas comunicaciones, sostuvo que le informaron que uno de ellos, Joseph, había muerto. Según lo que le dijeron, el niño habría sido asesinado por la familia adoptiva, que luego fue condenada a cadena perpetua en Jordania.
Pardo relató que viajó a ese país con su esposo con la expectativa de firmar documentos para traer a los niños a Colombia, pero que posteriormente entendió que habría firmado un documento con otros efectos legales. Según su versión, los menores se encuentran actualmente en un albergue católico y bajo protección estatal.
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La madre también afirmó que sus hijos salieron de Colombia con nombres y apellidos cambiados y que ese cambio de identidad es hoy uno de los principales obstáculos legales para su retorno. Indicó que su abogado ha solicitado documentación al ICBF y que, según le dijeron en un juzgado de Soacha, el expediente del caso no aparece.
Actualmente, María Janet Pardo asegura que la comunicación con sus hijos es limitada y que teme por el futuro de la adolescente mayor. Su testimonio concluye con un llamado de ayuda a entidades nacionales e internacionales para lograr el regreso de los menores.“Mi prioridad son los niños que lleguen a Colombia. Ya perdí uno en Jordania. Vilmente lo perdí. No quiero perderlos más”, concluyó.
HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
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