La tradición y el arte definen a Monguí, Boyacá , una población única gracias a sus atractivos, entre ellos, la fabricación de balones.
Sin embargo, después de un año de pandemia, la capital mundial del balón necesita salir de la crisis económica por la que se encuentra sumida. Lucha por no desaparecer ante un virus que atacó sin piedad.
Dora Molina es una de las artesanas que refleja en sus manos la labor de más de 500 familias monguiseñas.
“Duramos mucho tiempo sin trabajo, se nos dificultó mucho porque es el sustento que tenemos”, manifestó Dora.
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Solo el 2020 reflejó para estos artesanos del balón pérdidas en más de 10 mil millones de pesos. De acuerdo con el propietario de la empresa Baloneros Monguí, Arley Barrios, la pandemia los “mandó a descansar” siete meses seguidos.
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Actualmente, del 100% de operación de las 25 fábricas que hay en el municipio,tan solo el 30% ha logrado reactivarse.
“Es bastante la población que queda aguantando hambre sin tener que llevarle a sus hijos a la casa”, declaró el alcalde del municipio de Monguí, Oswaldo Pérez.
La comunidad le pide al Gobierno que se reactive de a poco la asistencia de público a los estadios, bien sea para el rentado nacional o para la Copa América.
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Aproximadamente un artesano monguiseño puede tardar cuatro horas elaborando una ‘pecosa’.
Por ahora, parte de la producción seguirá colgada en los negocios del municipio de Monguí, su población le pide a los colombiano apoyar el trabajo artesanal.
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