Más de un millón de personas, entre ellas el presidente Juan Manuel Santos, exguerrilleros, grupos de izquierda, pero sobre todo ciudadanos comunes, salieron a las calles de Bogotá para apoyar el proceso de paz del Gobierno con las FARC y pedir el fin del conflicto armado colombiano.
Según el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (FOPAE) de Bogotá, 900.000 personas participaron desde el principio hasta el fin de la marcha mientras que otras 150.000 lo hicieron de forma intermitente a lo largo del recorrido, lo que suma más de un millón de personas en las calles de la capital colombiana.
El director del FOPAE, Javier Pava Sánchez, destacó además en una entrevista con Efe que "fue una movilización tranquila", en la que "no hubo ningún incidente" y en la que solo se registraron algunos desmayos e indisposiciones.
Vestidos con camisetas blancas en símbolo de la paz los manifestantes recorrieron las calles con pancartas que respaldaban las negociaciones que el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciaron en noviembre pasado en Cuba, con el fin de buscar salidas negociadas al conflicto interno que sufre este país desde hace más de medio siglo.
Los únicos ausentes a la manifestación, convocada inicialmente por el movimiento izquierdista Marcha Patriótica, fueron sectores ultraconservadores liderados por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) y opositores al Gobierno, que consideraron la movilización como un acto electoral de Santos.
Santos precisamente fue quien inauguró la marcha en el Monumento de los Héroes Caídos y caminó a lo largo de un tramo de la Avenida El Dorado, acompañado de su esposa, María Clemencia Rodríguez; del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y de otros miembros de su gabinete ministerial.
El presidente Santos afirmó en declaraciones a Efe durante el recorrido que Colombia tiene hoy "la oportunidad de cambiar" su historia de violencia.
Por su parte, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, tomó el relevo de Santos en el Centro de Memoria Histórica de la capital colombiana y encabezó la marcha hasta la céntrica Plaza de Bolívar, que ya estaba repleta de ciudadanos llegados de toda Colombia.
En la tarima, Petro afirmó que la marcha "no es del odio, no es de la venganza ni de la retaliación" e invitó a los colombianos a movilizarse para "construir una nueva nación".
Entre los que escuchaban a Petro había miles de indígenas, afrocolombianos y campesinos llegados de regiones tan remotas y convulsas como Arauca, Cauca o Chocó y la mayoría de ellos lucían camisetas del movimiento político Marcha Patriótica.
Todos ellos aclamaron a la exsenadora Piedad Córdoba cuando subió a la tarima y exultante le pidió al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez que le diera "un abrazo de oso" al Libertador Simón Bolívar y que ambos hicieran lo propio con Jorge Eliécer Gaitán.
Córdoba se refería a un popular líder político liberal que fue asesinado el 9 de abril de 1948, lo que desató las protestas conocidas como "El Bogotazo" que dieron inicio a una etapa de violencia política que hasta hoy no cesa.
Con la cifra de un millón de personas, la marcha de este martes se acerca a la mayor convocatoria que hasta la fecha había congregado a los colombianos alrededor de una misma causa.
El 4 de febrero de 2008 en diversas ciudades del mundo los colombianos protestaron contra los secuestros de las FARC, pero entonces la izquierda se abstuvo de participar.
La Organización de Estados Americanos (OEA) mostró hoy en una ceremonia su apoyo a la marcha por la paz en Colombia, que el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, calificó como una "oportunidad" para la reconciliación en el país.
Insulza dijo que esta marcha "refuerza el sentir mayoritario de la sociedad por fortalecer un proyecto de paz" y muestra al mundo "el sentir de millones de colombianos, que lo único que quieren es poner fin al conflicto armado y vivir en armonía y sin violencia".
El acto en Washington estuvo precedido por un minuto de silencio en memoria de las víctimas del conflicto armado colombiano, y se produjo junto al busto del expresidente colombiano Alberto Lleras Camargo (1945-1946 y 1958-1962), que fue también el primer secretario general de la OEA a comienzos de los años 50.
También en Madrid decenas de colombianos se congregaron hoy en apoyo a la paz y el diálogo con la guerrilla y para reclamar también mayor participación de la sociedad civil.
"Se trata de apoyar la mesa de diálogo para que no se levanten de ella hasta que haya paz", afirmó en declaraciones a Efe Olger Santo Domingo, integrante del Comité por la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia.