En la Casa de Colores, los menores de la comunidad pueden consultar distintos temas y reforzar sus conocimientos académicos.
La Fundación Social Color y Esperanza de Unguía, Chocó, abrió las puertas de este proyecto apoyado por empresa privada y la comunidad, donde a través del juego van a poder recrearse y aprender a desarrollar la lectura a través de su proceso de enseñanza y aprendizaje.
La organización trabaja desde hace 12 años para regalarle sano esparcimiento a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Unguía.
Su directora, Nelly Murillo Ramírez, indicó que el propósito de este espacio es “que muchos niños de mi pueblo vean que sí se puede y también crezcan con ese sueño de ser profesionales”.
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Uno de los voluntarios del lugar señaló entre los beneficios de la Casa de Colores que allí también pueden contar con herramientas que no tengan en su hogar, como computadores.
Ahora los integrantes de la Fundación Social Color y Esperanza gestionan recursos para extender el proyecto a otros corregimientos de ese municipio.
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