Quienes transitan por la vía Oriental, que comunica a Barranquilla con el interior del país, se encuentran con varias cuerdas que atraviesan la carretera. De pronto, personas que están en la acera se lanzan a la calle y en segundos la transforman en una pista de baile.
En estos ‘peajes humanos’, habitantes de corregimientos de Ponedera, en el sur del Atlántico, se juegan la vida. ¿La razón? Conseguir dinero para gozar del Carnaval de Barranquilla.
El afán por unirse a las celebraciones hace que el temor no exista en quienes se toman la vía. “Nos sentimos seguras. Al vernos bailando ellos frenan y tienen mucho cuidado”, asegura una de las bailarinas.
Peor aún es la participación de niños que bailan junto a los adultos en medio de la transitada carretera.
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El comandante de la Policía de carreteras del Atlántico, el capitán José Luis Gómez, dijo que ya se adelantan operativos para evitar que continúe esta peligrosa actividad.
A la fecha, según las autoridades, ocho de estos retenes ilegales han sido desmontados y los elementos de la fanfarria decomisados.
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