Un pedazo de madera ayuda a mantener de pie a Óscar de Jesús Castañeda, a quien la violencia le arrebató una pierna hace varios años. Asegura que hombres armados le dispararon y hoy cuenta el cuento de milagro.
“Conmigo en la mira y tan... me disparó y ahí mismo me tumbó, fue a terminarme de matar y se quedó conmigo ahí encañonado”, relató Óscar de Jesús en Noticias Caracol.
Vive en la parte alta de Santo Domingo, nororiente de Medellín. Sufre la soledad, el hambre y la desesperanza que muchas veces siente al no poder trabajar, pues trasladarse es toda una odisea: debe cruzar el lodo y las piedras por más de 15 minutos.
“No solo para entrar a la casa, es que para mí es muy difícil caminar porque yo camino como borracho, porque no tengo estabilidad, o sea yo camino con el impulso. He pasado dos o tres días sin comer”, manifestó.
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“Es muy solo, sufre de dolores, a veces llega tipo 5 de la mañana o media noche desesperado del dolor”, señaló Yudi Torres, líder social de Santo Domingo.
En las noches, don Óscar debe luchar contra los dolores del cuerpo y del alma.
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“El tramadol para él es vital. En el tema del techo también es muy importante que él tenga un buen acceso a su casa”, indicó Felipe Pino, proyecto Días Para Contar.
A este adulto mayor hace 3 meses le notificaron que no iba a ser beneficiado de la ley de víctimas; sin embargo, guarda la esperanza de conseguir una prótesis que le permita trabajar.
“Yo lo que más me sueño es tener una prótesis, que me quiten ese dolor y poder trabajar, ya después de tener una prótesis buena”, expresó.
Don Óscar trabajó en construcción y hoy a sus 65 años quiere construir una casa digna, volver a abrazar a su familia que no sabe dónde se encuentra y mejorar su calidad de vida.
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