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Laura tenía entre 5 y 7 años cuando fue víctima de abuso por parte de una empleada doméstica. Cuando cumplió los 15 “les cuenta a sus papás y a su familia sobre el abuso sufrido”, explicó el abogado de la joven, Pedro Daniel Contreras. Allí manifestó no sentirse conforme siendo mujer y luego de que su familia buscara ayuda, en la Fundación Valle del Lili, en Cali, la sometieron a un tratamiento de reasignación de género.
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Ahora, cuando Laura ya tiene 23 años, ella dice que sí quiere ser mujer y al ver que la clínica sigue adelantando esos tratamientos decidió instaurar una demanda porque “no quiero que lo que me pasó a mí les pase a más niños en Colombia y por lo tanto voy a ver qué hacer”, relató su representante.
“Ahí es cuando nos contacta a nosotros. Nosotros analizamos varias posibilidades jurídicas para proceder y al final concluimos que lo que corresponde es la demanda de responsabilidad civil médica por la mala praxis de los médicos”, dijo Contreras, señalando que “el procedimiento se llevó a cabo con muchas irregularidades: le dieron testosterona cuando médicamente no corresponde, luego de haberle dado testosterona le dieron bloqueadores de pubertad para un uso que no recomienda ninguna guía médica. Además, la inducen a realizarse esta cirugía, el diagnóstico no era claro, el diagnóstico fue apresurado, etcétera”.
Su abogado explicó que tras el abuso sexual “crece con miedo a ser mujer, a ver cómo se desarrolla su cuerpo femenino y empieza a presentar episodios de depresión, ansiedad, autolesiones, problemas con la alimentación. Se ve alimentada de contenidos de activistas trans a través de redes sociales que dicen que si una persona no se siente cómoda con su cuerpo es porque está en el sexo incorrecto. Ella se convence de que quiere ser un hombre. Cuando cumple 15 años les cuenta a sus papás y a su familia sobre el abuso sufrido”.
Luego de esto, en el año 2017, los papás de la joven buscaron ayuda y un “psiquiatra les dice que hay un equipo en la Clínica Valle del Lili que está con la idea de montar una unidad de género para niños y adolescentes”.
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Recalca que en ese entonces los especialistas, “todavía no están capacitados para hacerlo, no han recibido capacitación en cambio de sexo, mucho menos en niños, y la unidad todavía no ha sido lanzada, la unidad de género no es pública. A Laura la reciben antes, la diagnostican apresurada e irregularmente, como lo dicen los peritos expertos que tenemos para la demanda, y poco tiempo después la intervienen con hormonas, específicamente con testosterona. Y ya cuando ella está intervenida es que ellos van y se capacitan. Luego fundan la clínica de género, pero ya todo esto después de que Laura está intervenida, y mal intervenida, porque las hormonas se las dan antes de que ella cumpla los 16 años, que es la edad que los protocolos médicos exigen para darle estas hormonas”.
Contreras aseguró en entrevista con Noticias Caracol en vivo que “los médicos se convencen de que lo que ella necesita es una transición de género y así se lo hacen saber a los papás. Les dicen a ellos, ‘vamos a transicionarla, esto es lo que ella necesita’, y como tenía episodios de autolesiones e incluso llegó a atentar contra su vida, lo que les dicen a los papás es, ‘si ustedes no hacen lo que el equipo terapéutico les dice, está el riesgo de perder a su hija’”.
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Añadió que “ellos arrancan a intervenirla, pero en ningún momento les hacen firmar, y esto lo dicen tanto la mamá, como el papá, como Laura, les hacen firmar el consentimiento informado que la ley exige que en estos casos la jurisprudencia ha dicho que tiene que ser cualificado. Ellos no tienen memoria de haber firmado ese consentimiento informado y cuando nosotros, el equipo jurídico le pidió a la clínica que nos lo enviara, se lo pedimos tres veces, nunca nos lo hizo llegar. Entonces entendemos nosotros que toda la intervención sobre Laura se llevó a cabo sin el consentimiento informado y diciéndoles a los padres estas cosas que les acabo de comentar”.
Cuando Laura cumplió la mayoría de edad, la sometieron a una masculinización torácica, un procedimiento quirúrgico en donde se busca extirpar el tejido mamario y crear un contorno de pecho masculino, esto a pesar de que “en algún momento del tratamiento incluso manifiesta que no es hombre, que es mujer, que es Laura, que quiere en algún momento de su vida poder tener hijos, poder amamantar. Y eso deja claro que durante todo el tratamiento no era completamente cierto que ella estaba dispuesta a ser un hombre”, dijo Contreras.
“Ahora, sí es cierto que así como dijo que era mujer y que quería amantar, en otros momentos decía lo contrario. Por eso se le da la orden para hacer la cirugía y la hace en enero de 2020, apenas ella cumple la mayoría de edad”, recalcó.
Sin embargo, durante la pandemia, la joven, “en sus ratos de meditación, de soledad, ella entiende que es lo que siempre ha sido, una mujer, y quiere seguir con su vida normal. (…) Esto es en 2020. Ella dice, ‘yo soy Laura, soy mujer y todo lo que hice fue un error’. Pero ojo, porque dentro del tratamiento ella también lo manifiesta. Y esto es muy temprano, segunda mitad de 2017. Y esto es muy relevante que lo sepa la gente porque los médicos debieron haberlo tenido en cuenta para el diagnóstico. Cuando usted habla de disforia de género es una persona que de manera permanente tiene inconformidades con su cuerpo porque piensa que el sexo es el opuesto. Ella no lo mostró de manera permanente y muy rápido en las intervenciones se dieron cuenta de que no estaba tan claro ese diagnóstico”.
A través de un comunicado, expresó que, a la fecha, “no ha recibido ninguna demanda o solicitud formal relacionada con el caso mencionado. En caso de recibirse algún requerimiento, este será atendido conforme a los procedimientos legales y éticos establecidos”.
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Subraya que “la Fundación Valle del Lili es una institución académica y científica, comprometida con la formación, la investigación y la atención de calidad, guiada por los principios de ética médica y los estándares internacionales. Todos los procesos se realizan siguiendo protocolos institucionales basados en evidencia científica”.
“Toda intervención o tratamiento médico se lleva a cabo únicamente con los respectivos consentimientos informados, firmados y registrados según la normativa vigente”, finaliza. Sin embargo, este es el documento sobre la reasignación de género que el abogado Contreras afirma que no ha recibido.
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