A madre de uno de los menores le dijeron que lo amarraban para “contener sus crisis” y “para que se calmara”.
La Fiscalía presentó más de 400 pruebas, entre videos, audios y testimonios de los menores, ante la juez que decidirá si envía a la cárcel a diez miembros de la Fundación Peces Vivos.
Durante el año y medio que la fundación prestó su servicio en este lugar, cientos de niños fueron atendidos, entre ellos el hijo de Rubi Mendoza, una vendedora informal que reconoció que a su hijo lo amarraban por una causa.
“A él le daban las crisis, que pues es de gritar, salir corriendo, es grosero y es atrevido, entonces a él le tenían que hacer contenciones pues para que se calmara y se tranquilizara”, relató.
“Él nunca me dijo que le pegaban, él lo único que me decía era que lo amarraban cuando le daban las crisis, porque era consciente de eso, me decía ‘mami a mí me amarran o me hacen contenciones por la crisis’”, agregó Rubi sobre el trato que recibió su hijo en la fundación en Ibagué.
Para el ente acusador, las contenciones que se realizaban en su gran mayoría no estaban a avaladas por un médico o un psiquiatra, y señaló que el error de este procedimiento consistía en imponerlo como castigo ante cualquier acción que molestara a los cuidadores.
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Familiares de los diez capturados, por su parte, denunciaron amenazas en redes sociales y dijeron temer por su seguridad.
“Ya no puedo llegar al barrio porque todo el mundo nos está señalando como torturadores; lamentablemente la gente que nos conoce nos está tildando de una manera muy fea”, dijo uno de ellos.
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Updated: octubre 23, 2017 05:15 p. m.