En la costa Caribe, los usuarios del servicio de energía están desesperados con los costos y le piden al Gobierno nacional una solución definitiva ante las altas tarifas.
Carla Cañete es una ciudadana que reside en una vivienda de estrato 3 en el centro de Barranquilla. Ella dice que el aumento es desmedido y que los altos costos la obligaron a cambiar hasta su manera de mercar.
La mujer explica que uno de los recibos le llegó en 654.000 pesos y ha tenido que dejar de comprar carne o verduras y reducir otros gastos.
La empresa Air-e, que presta el servicio público en el Atlántico, Magdalena y La Guajira, reporta que los costos de energía los fijan los generadores y ese incremento es el que se ve reflejado en las facturas.
“Los componentes de generación y transmisión tienen un precio superior al 60% del total del costo unitario. Es por esto que, de manera reiterada, hemos hecho un llamado a los actores de estos eslabones para que aporten en una reducción efectiva y significativa al usuario final del servicio de energía”, dijo Ramiro Castilla, gerente de Air-e Atlántico.
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En Montería, donde presta sus servicios la empresa Afinia, también se quejan de las altas tarifas.
El incremento, dicen, afecta al sector comercial en la capital de Córdoba, especialmente a pequeños negocios que ven elevados sus costos fijos.
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Luis Martínez, director ejecutivo de Fenalco, dice que han pagado “hasta 1.300.000 pesos al mes, esto es inaudito. No sabemos si comer o pagar el recibo de la luz”.
Desde mayo de 2023, cuando se comenzó a hablar de la posible llegada del fenómeno de El Niño, el precio del kilovatio hora en la región Caribe se disparó en más del 400% y los altos costos se siguen manteniendo en la actualidad.