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Los gritos de once menores en condición de discapacidad cognitiva llevaron a una persona a denunciar el aberrante caso. Diez personas fueron capturadas.
“Se estaba aplicando un supuesto protocolo llamado contenciones, y ese protocolo consistía en infringir situaciones aberrantes que hacían sufrir a los niños”, detalló el director de la Fiscalía de Tolima, Róbinson Chaverra.
“Les hacían la mascarilla, que consistía en regarles en su cara sopa caliente y luego quitárselas mientras ellos estaban amarrados de pies y manos”, agregó.
A los niños, según constataron autoridades, también les suministraban sedantes que no estaban formulados.
La Policía y el CTI hizo un seguimiento de seis meses a las personas que dirigían y trabajaban en la Fundación Peces Vivos.
A los diez capturados, entre los que se encuentran los directores del lugar, psicólogos y auxiliares de enfermería, les serán imputados los delitos de tortura agravada en concurso homogéneo y sucesivo, concierto para delinquir y ocultamiento, alteración o destrucción de elementos de material probatorio.
La Fiscalía también solicitará medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.
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