Un instructor de aviación comercial, de 45 años, identificado como Alejandro Garrido Molina, discutía con su esposa, Johana Ramírez Rodriguez, cuando, según las autoridades, decidió matarla, lo mismo que a su hijo de cinco años, quien dormía en su cama cuando se desató la riña. Posteriormente, Garrido se quitó la vida.
“Se trata de un doble homicidio y un suicidio. En el lugar de los hechos se encontró cocaína, pastillas para la depresión, muchas cervezas y aguardiente. Esto nos hace inferir que este piloto es quien ultima a su hijo y a su mujer”, explicó el comandante operativo de la Policía de Santa Marta, coronel Francisco Gélvez.
Los hechos se registraron en el barrio El Rodadero Sur. Según vecinos, el responsable de la tragedia guardaba un arma de fuego porque sufría delirios de persecución.
“Hace como ocho días lo vimos con un revolver. Le preguntamos, ¿vecino que pasó? Según él, dijo que se le estaban metiendo y por eso lo acompañé allá arriba”, declaró Jaime Vallejo un vecino de Garrido.
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En la investigación preliminar, las autoridades confirmaron que el piloto padecía de esquizofrenia.
La familia Garrido Ramírez, oriunda de Bucaramanga, llevaba un año y medio viviendo en la capital samaria.
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