Mark Scott y Joseph Timothy, padre e hijo estadounidenses, vendían en Santa Marta una sustancia tóxica como si fuera la “pócima milagrosa” para tratar el COVID-19 .
Autoridades se percataron del engaño y los capturaron. Son requeridos en extradición por la Corte para el Distrito Sur de Florida, donde enfrentarán cargos por el delito para defraudar a Estados Unidos.
Según la investigación, el falso medicamento era en realidad un blanqueado textil e industrial que le produjo la muerte a siete estadounidenses.