A estas mujeres nada las frena. Debido a la pandemia, cambiaron su tradicional uniforme en la cocina por el casco, las monogafas y el tapabocas. Todo para llevarles a sus clientes los mejores platos.
“Nos reciben muy bien ya que somos las pioneras en eso y somos mujeres entregando amor en cada casa”, resalta Ana Milena Morales, domiciliaria.
“Está iniciativa nace de ellas y en la medida de las posibilidades hemos decidido arrancar con este primer grupo de 30 domiciliarias en motos eléctricas en Bogotá, Medellín y Cali”, explica Rodrigo Cabrera, gerente de Crepes and Waffles.
Unas 5.500 personas hacen parte de esta compañía; el 80 por ciento son mujeres y gran parte de ellas se encarga ahora de llevar el sustento a sus casas.
Publicidad
“Hicimos convocatoria voluntaria donde queremos garantizar que ellas tuvieran la experiencia, no solamente en el manejo de las motos, sino también el deseo de llevar los sabores y la emoción de querer igual a cada uno de nuestros clientes”, resalta el gerente.
Con todos los protocolos recorren las calles de Bogotá y ven en esto la oportunidad de seguir trabajando.
Publicidad
“A mí me gustó este nuevo cambio porque nos dan una oportunidad de volver a crecer en la empresa, no nos desecharon, no nos sacaron, simplemente nos acogieron”, destaca Katherine Dorado, empleada.
Además, tienen claro cuál es su mayor inspiración.
“Pienso cada día en mi familia, en llevar el sustento a mi casa, con mi hijo, y en hacer las cosas muy bien acá en mi trabajo”, comenta Carolina Zorro, domiciliaria.
Sin duda ellas están felices, esperan seguir llevando amor en cada uno de sus domicilios y que esta iniciativa continúe creciendo.