
El primer bolso Birkin de Hermès, diseñado en 1984 especialmente para la actriz y cantante Jane Birkin, fue subastado en París por Sotheby’s por un precio final cercano a los 8,6 millones de euros, cifra que incluye impuestos y comisiones. El comprador, un coleccionista japonés, ofertó por teléfono y deberá concretar el pago antes del 15 de julio en la sede de Sotheby’s en la rue du Faubourg Saint-Honoré.
La subasta de uno de los artículos más costoso del mundo
El precio de martillo fue de 7 millones de euros, muy por encima del precio inicial de salida que se había fijado en 1 millón de euros. Durante la puja, cerca de 20 postores participaron, pero el desenlace fue una reñida competencia entre los dos mayores oferentes.
Con este resultado, el bolso se convierte en el artículo de moda más caro jamás vendido en subasta (sin contar las piezas de joyería), superando ampliamente récords previos como el del modelo Kelly de Hermès, que se vendió por medio millón de dólares en 2021, o el icónico suéter de la “oveja negra” de Diana de Gales, subastado en 2023 por cerca de 1 millón de dólares.
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El Birkin en cuestión fue realizado en cuero negro y grabado con las iniciales JB. Aún conserva las huellas de uso cotidiano de Birkin, incluidos restos de pegamento de grandes pegatinas de Unicef y Médicos del Mundo, marcas que dan testimonio de la personalidad comprometida y desenfadada de su dueña original.
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El origen del Birkin es ya parte de la mitología de la moda: surgió de un encuentro casual entre Jane Birkin y Jean-Louis Dumas, entonces director de Hermès, en un vuelo en 1984. La artista se quejó de que los bolsos elegantes no eran prácticos para madres como ella. Meses más tarde, la casa le envió el modelo, que acabó llevando su nombre y convirtiéndose en un emblema de lujo y artesanía.
Birkin usó ese bolso durante casi una década antes de cederlo en 1994 a una subasta benéfica para la investigación del sida, donde se vendió por apenas 2.000 dólares. Posteriormente fue adquirido por la coleccionista francesa Catherine B. en el año 2000, quien lo prestó para exposiciones y confesó sentirse “emocionada pero también feliz” al desprenderse de él en esta venta histórica.
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La venta de este jueves marca un hito no solo por el monto alcanzado sino por la mística del objeto: un diseño nacido de la conversación sincera entre una mujer moderna y una maison legendaria, transformado con los años en símbolo de estatus, historia y personalidad.
En la puja, el Birkin demostró no ser solo un bolso de lujo, sino un artefacto cultural capaz de despertar deseo, competencia e incluso rivalidad global. La historia del objeto, las huellas de su dueña y su carácter pionero en el mundo de la moda lo consolidan como un verdadero ícono de colección.
LAURA CAMILA RAMOS CONDE
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