Daniella Álvarez aún no recupera la sensibilidad del pie derecho, “que gracias a Dios se pudo salvar”, expresó al mostrar lo que hace a diario con su enfermera Isabel Bedoya para poder empezar a retomar la independencia tras la amputación a la que fue sometida.
“Es supercómico”, afirmó de sus ejercicios en casa.
“La terapia es con fríjoles, garbanzos, arroz y harina. Se supone que yo debo adivinar qué de eso me está pasando por el pie, así de grave la cosa”, señaló al reiterar que su pie sigue dormido.
“Yo cierro los ojos y le digo ‘Isa, eso es un garbanzo, Isa, eso es harina’, y de repente me dice ‘no, Dani, no es harina, es un garbanzo’”, comentó entre risas.
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Y mientras hablaba de su terapia apareció en escena el actor Lenard Vanderaa, novio de la exseñorita Colombia y que no se ha separado de ella desde que inició su problema de salud, en abril pasado.
“Daniella Margarita, te voy a decir una cosa: tú me tienes que dar un beso mínimo cada hora. ¡Mínimo! Es más, cada media hora. Estás quedada”, le reclamó.
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La presentadora del Desafío también mostró la cicatriz que le quedó en la nariz por la sonda de alimentación que le pusieron mientras estuvo hospitalizada.
Hace unos días, Daniella descubrió su abdomen para enseñarles a sus seguidores la marca más grande que quedó en su cuerpo tras las cinco cirugías a las que tuvo que ser sometida y que ahora, con tratamiento, espera hacer más tenue.
“Las cicatrices cuentan la historia de nuestro cuerpo y nuestra vida y aunque quisiéramos desaparecerlas solo las podemos desvanecer porque siempre estarán tatuadas en nuestra piel y formarán parte de nuestra memoria. La mía la llevaré siempre con orgullo”, posteó.
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