En el departamento del Tolima hay nostalgia por la muerte del maestro Óscar Agudelo. Allí lo recuerdan por su música popular y en todos los rincones suena su gran éxito ‘La cama vacía’.
Uno de sus grandes amigos le contó a Noticias Caracol varias de las anécdotas que vivieron juntos. 40 años de amistad y muchos recuerdos es lo que deja la partida de Óscar Agudelo. Carlos Orlando Pardo, escritor tolimense y uno de los grandes amigos del Zorzal Criollo, habló de los grandes momentos compartidos con el artista.
“Al otro día de una gran fiesta apareció en mi casa a despedirse y le dije: ‘¿Dónde está ella?’, me dijo: ‘En el carro’. Entró con la esposa y yo me refería era a la guitarra. Entonces la trajo y prolongamos la fiesta de una manera indefinida”, recordó Carlos Orlando.
Un amigo que se convirtió en un hermano, tanto así que en el libro de Carlos Pardo llamado ‘Protagonistas del Tolima siglo XX’, él escribió sobre la vida de su gran compañero.
El escritor dice que en su ejemplar tenía que estar la vida, las aventuras y los sueños de Óscar Agudelo. “Lo dejamos consignado con fotografías, en un libro totalmente agotado”, manifestó.
Carlos Pardo señala que entre las recientes conversaciones que tuvieron, el artista recordó sus canciones. “A él le gustaba enviar mensajes de WhatsApp con las últimas grabaciones, pero el último encuentro físico fue en el entierro del padre de William Ospina, en Bogotá, donde todavía tenía ese profundo recuerdo de la solidaridad y la juventud”, dijo el amigo del cantante.
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Óscar Agudelo fue un tolimense que con su música inspiró a muchos y para este escritor de la misma tierra siempre estará el maestro en su corazón y en los recuerdos.
En Medellín, donde el intérprete estuvo formándose como músico, varios artistas que lo acompañaron en escena lo recordaron por su legado y hablaron de algunas historias que vivieron con el Zorzal Criollo.
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A sus amigos en la capital de Antioquia les duele el pecho, como dice una de sus canciones. Óscar Velásquez, su tocayo, lo acompañó en cientos de conciertos como guitarrista y recuerda la gran responsabilidad y orgullo que le generó ser parte de sus presentaciones. Mencionó que lo conoció en 1951.
Fabián Ortiz también lo acompañó por una gira en Estados Unidos. Este hombre afirma que el Zorzal Criollo siempre fue elegante, amable y correcto para hablar.
Las memorias quedarán en la cabeza de todos los que lo admiraron como amigo, como compadre e impecable músico. Pero, sobre todo, como el gran artista que dejó en alto el bolero y el tango en Colombia.
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