Con su magia, María Isabel Murillo cambió la forma de celebrar la Navidad hace 30 años. Familiares y artistas lamentaron su fallecimiento.
Quizás para muchos el nombre de María Isabel Murillo no es familiar, pero al mencionar a Misi cientos se transportan a un escenario lleno de magia, actores, bailarines y música.
Esa era Misi, una bogotana que vivía al ritmo del arte.
Desde sus 16 años empezó a mostrar su gusto por la música, lo que la terminó llevando a componer las letras de sus propias obras y de algunas producciones televisivas.
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Pero fue en 1987, Cuando María Isabel inició el que fue su gran proyecto de vida: 'Misi escuela de teatro musical'.
Allí realizó montajes con los que logró catapultarse como la productora musical más importante del país.
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Sus shows navideños llegaron al corazón de un público tanto nacional como internacional. El espectáculo 'La más grande historia jamás cantada' llegó hasta Broadway y se convirtió en uno de sus mayores logros.
El show de Misi
María Isabel llevaba 30 años soñando en grande, llenando de magia los escenarios.
Las celebraciones de Navidad cambiaron cuando le dio alas a su primera producción: 'Un sueño de navidad'.
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A partir de ahí, cada diciembre, Misi Producciones le daba a su público un show lleno de fantasía. En tres décadas han sonado más de 2.000 canciones.
El viernes, un azar del destino hizo que Misi se despidiera a los 61 años de su público, un adiós que fue para siempre, en el debut de su espectáculo '30 años de Navidad'.
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Con este imponente show, la pionera del teatro musical en Colombia buscaba celebrar 30 años de carrera artística. Un universo musical que construyó y que llenó de alegría la vida de muchos artistas de la farándula colombiana, quienes participaron de sus obras musicales.
Y es que la catalogada como 'precursora del teatro musical' formó a más de 25.000 niños apasionados por la danza y el teatro.
El mundo del espectáculo la despidió: personalidades como Natalia Bedoya, Diana Montoya, Marina Granziera y Felipe Salazar recordaron su amor por los demás y la pasión con la que realizaba su trabajo.
Igualmente, sus familiares y allegados solo tienen bonitos recuerdos de María Isabel. Dicen que siempre les regaló una sonrisa con mucha ternura y que el amor por Colombia era una de sus más grandes virtudes.
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