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El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el programa Copernicus de la Comisión Europea emitieron una advertencia crucial esta semana, señalando que el agujero en la capa de ozono, un fenómeno que ocurre cada año, se ha movido temporalmente y ahora se encuentra sobre el extremo sur de Argentina.
La situación, que según ellos comenzó el martes por la mañana, se prolongará hasta el miércoles por la tarde y expone a los habitantes de Ushuaia y Río Gallegos a niveles excepcionalmente altos de radiación ultravioleta (UV), lo que podría tener consecuencias para su salud.
Según el SMN, la exposición a esta radiación superior a lo normal puede causar desde quemaduras en la piel por una exposición prolongada hasta un aumento en el riesgo de desarrollar cataratas y cáncer de piel en casos extremos.
Para mitigar estos riesgos, las autoridades recomiendan una serie de medidas preventivas clave a los ciudadanos:
Aunque la situación genera preocupación, la meteoróloga Cindy Fernández, vocera del SMN, aclaró al medio argentino La Nación que este fenómeno es anual y suele ocurrir entre agosto y noviembre sobre la Antártida. Ocasionalmente, ciertos movimientos atmosféricos hacen que se desplace temporalmente sobre la Patagonia, lo que justifica la advertencia.
Este fenómeno sobre el sur del país coincide con la celebración del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, conmemorando la firma del Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo global que ha permitido reducir drásticamente las sustancias que la dañan. El Protocolo de Montreal es ampliamente considerado como uno de los tratados ambientales más exitosos de la historia.
La capa de ozono es un escudo natural e invisible ubicado en la estratosfera, entre 15 y 50 kilómetros de altura. Formada por moléculas de ozono (O3), su función vital es filtrar la radiación ultravioleta más dañina del Sol. Su existencia es tan crucial que, sin ella, la radiación esterilizaría la superficie del planeta, haciendo imposible la vida tal como la conocemos.
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Como se ha registrado hace varios años, en la capa de ozono se ha presentado un 'hueco', que realmente es una gran disminución en la concentración de ozono en la estratosfera causada por la acción de sustancias químicas producidas por el ser humano, liberadas a la atmósfera. El fenómeno es más pronunciado sobre la Antártida debido a las condiciones climáticas específicas que se dan en invierno y primavera.
Precisamente, el descubrimiento del agujero de ozono en 1985 fue un catalizador para la cooperación global y, en respuesta, se firmó el Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo internacional que prohibió la producción y el uso de la mayoría de las sustancias que agotan la capa de ozono.
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Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el agujero de ozono sobre la Antártida está en proceso de recuperación y podría volver a sus valores de la década de 1980 a mediados de este siglo. Este progreso ha sido posible gracias a la cooperación internacional, en la que Argentina ha jugado un papel fundamental al ratificar el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal con el paso de los años.
MARÍA PAULA GONZÁLEZ / *con información de AFP
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL