El distemper o moquillo canino es una de las enfermedades infectocontagiosas virales más comunes y también de las más letales, pues muy pocos perros sobreviven a ella.
Sandra Suárez encontró un día a un perro cerca a su casa, que estaba llorando y, lo más preocupante, convulsionando. Ella no dudó en llevar al cachorro, de aproximadamente 5 meses, al veterinario. Salió positivo para moquillo.
Un situación similar vivió Pedro Bejarano, un joven que lastimosamente perdió a su mascota, Nutella, por esta mortal enfermedad.
“Cuando escucho moquillo se me viene a la cabeza que es una enfermedad altamente contagiosa, que no tiene cura y que termina en la mayoría de los casos con la vida de nuestras mascotas”, manifestó Pedro.
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Dos familias, dos historias, un mismo verdugo: distemper canino, más conocido como moquillo.
“Ingresa al cuerpo, se empieza a replicar por las células o con las células de defensa, especialmente los linfocitos, y empieza a viajar por todo el sistema inmunológico. Tras su replicación, ingresa o empieza afectar células epiteliales que se encuentran en el intestino, en el sistema respiratorio e incluso puede avanzar al sistema nervioso”, afirmó el médico veterinario, especialista en neurología, Sergio Garzón.
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El virus tiene muchos mecanismos de camuflaje que no permiten que el sistema inmune reaccione para defender al organismo, por eso es considerada una enfermedad tan grave.
“El veterinario me explicó las opciones y realmente me dio muy mal pronóstico que tenía el perro, pero pude luchar por salvarlo”, declaró Sandra Suárez.
Se presume que tan solo entre el 2 y el 5% de los perros contagiados sobrevive.
“La perrita tenía que tomar cada hora o cada hora y media un medicamento o una vitamina para diferentes temas que afectan a su salud”, afirmó Jessica Méndez, dueña de una mascota que murió por moquillo.
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El tratamiento se enfoca en mejorar los síntomas, limitar y controlar las posibles infecciones bacterianas secundarias. Sin embargo, es una enfermedad que no tiene cura.
“Dije, lo voy a sacar adelante, voy a cuidarlo y acompañarlo, voy a darle lo que necesita y si va a ser un perro feliz, pues voy a hacer ese trabajo”, expresó Sandra.
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“Antes de llegar a nuestra casa ya había tenido convulsiones; además, su sistema inmunológico ya estaba muy bajito y, por ende, no podíamos sacarla a la calle para protegerla y para proteger a los otros perritos”, agregó Jessica Méndez.
Este virus es tan agresivo y contagioso que un animal enfermo puede infectar una zona, incluso en el exterior, durante horas, produciéndose el contagio por las partículas virales que quedan en el ambiente en forma de aerosol. A pesar de ello, esta no es una enfermedad zoonótica.
"Esta enfermedad no afecta a los humanos, es una enfermedad que afecta a los caninos, algunos felinos salvajes la han desarrollado. Se ha visto que algunos cetáceos se ven comprometidos con esta enfermedad”, afirmó el veterinario Sergio Garzón.
Afirmó que los síntomas son muy variables, desde alteraciones en el tracto digestivo, respiratorio o neurológico y también algunos signos de tipo dermatológico.
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La fiebre, el vómito, la diarrea, la falta de apetito y el desánimo son también comunes y están presentes en otras patologías, por eso, nada se puede subestimar.
“Algunos pacientes llegan en estado de coma, en estado de delirio, en estos casos nosotros vemos como alternativa humana y realmente como forma de ayudar a estos pacientes el procedimiento dela eutanasia ”, agregó Garzón.
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El objetivo es que los perritos tengan un sistema inmune fortalecido, que lleven una buena dieta, reciban amor, se disminuyan las situaciones de estrés y que se cumplan rigurosamente los planes de vacunación.
Es vital que los tutores verifiquen que la vacuna contra el moquillo esté incluida en el control anual.
Nutella y Mateo, dos perritos con un mismo verdugo, pero con diferente suerte.
“Para nosotros Nutella siempre va a ser nuestra pequeñita, esa integrante de la familia que llegó a demostrarnos cómo afrontar las situaciones más difíciles. Siempre con su amor incondicional, demostrando la gratitud que tenía por todo lo que alcanzamos a hacer por ella”, manifestó Jessica Méndez, dueña de Nutella.
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"Afortunadamente hoy, Mateo es un sobreviviente de moquillo, tiene 11 meses, ya va a cumplir un año, tiene algunos tics que son las secuelas, pero es funcional. Es un perro alegre, feliz, funciona sumamente bien, ha crecido muchísimo durante este tiempo y cómo hice, pues, estando a su lado”, expresó Sandra.
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