La escritora colombiana María del Rosario Laverde ha empezado a conquistar lectores por su particular mirada de la vida. Ella no mira como todos. Lo hace desde los ojos de la jirafa, como le dicen desde niña por cuenta de su estatura.
Sus textos "Cuello de jirafa" y "Memoria de jirafa" penetran el corazón de los lectores porque recogen el día a día de la vida y sus pequeños detalles. En muchos de los microrrelatos, habla la niña María del Rosario desde la distancia de la mujer madura.
La cobija que la espera en casa, el juguete que su papá pone a salvo de los ladrones, las esquinas del barrio, el supermercado, los hombres y mujeres que flotan en el entorno, los vecinos, todo lo que la rodea, entra en el pequeño espacio de los recuerdos que se hace grande en las letras de su escritura.
El peso del padre muerto en la infancia y de la madre perdida en la memoria de la adultez, marcan el destino literario de María del Rosario Laverde.
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El promotor mexicano de lectura Benito Taibo se convirtió en uno de sus admiradores nada secretos. Esto dijo de ella: "Cuando yo sea grande, quisiera mirar y contar con su mirada y con sus palabras".
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