La presencia de las moscas se suele ver con desagrado y molestia. Sin embargo, este pequeño insecto, conocido científicamente como Drosophila melanogaster, ha demostrado ser un aliado invaluable en la investigación científica, contribuyendo de manera significativa a diversos campos, desde la genética hasta el estudio del sueño y la respuesta al alcohol. Acompáñenos en un fascinante recorrido por el mundo de la investigación científica con la drosófila como protagonista.
Esto pasa cuando una mosca se para sobre su comida
Desde su descubrimiento en el "cuarto de moscas" de la Universidad de Columbia en 1910, la Drosophila melanogaster se ha convertido en un componente esencial en laboratorios de investigación genética de todo el mundo. Con sus grandes ojos rojos, cuerpo alargado de aproximadamente 3 milímetros y preferencia por el plátano podrido, estas diminutas criaturas han demostrado ser mucho más que simples molestias en nuestra vida diaria.
¿Existe una similitud de su ADN con el de los seres humanos?
Lo que hace que la mosca de la fruta sea tan valiosa en la investigación científica es su sorprendente similitud genética con los humanos. Cerca del 61% de los genes relacionados con enfermedades en los seres humanos tienen su equivalente genético en la Drosophila melanogaster. Esta similitud facilita el estudio de diversas enfermedades y trastornos, convirtiéndola en una herramienta esencial para la investigación biomédica.
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La elección de la mosca de la fruta como modelo experimental no solo se basa en su compatibilidad genética, sino también en su accesibilidad y bajo costo. Las colonias son fáciles de obtener, económicas de mantener y se reproducen rápidamente, lo que permite estudiar varias generaciones en un corto período de tiempo. Su versatilidad y facilidad de manejo la convierten en un recurso inestimable para los investigadores.
¿Las moscas tienen la necesidad de descansar?
Sorprendentemente, la Drosophila melanogaster comparte con los humanos la necesidad de descansar. Investigaciones sobre su sistema nervioso han proporcionado valiosa información sobre la regulación y el funcionamiento del sueño. El estudio de la serotonina, un neurotransmisor relacionado con el sueño ha revelado conexiones entre la actividad de este compuesto y los períodos de sueño y vigilia, así como su impacto en la memoria y el aprendizaje.
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¿Los genes que controlan la sexualidad de las moscas podrían desempeñar un rol similar en las personas?
La Drosophila también ha arrojado luz sobre la regulación de la sexualidad y la regeneración celular. Genes como Fruitless desempeñan un papel crucial en la conducta sexual de estos insectos, y la investigación ha explorado si estos genes pueden tener implicaciones similares en los humanos. Además, descubrimientos relacionados con la regeneración de la piel han abierto nuevas perspectivas en la investigación oncológica, proporcionando pistas sobre cómo los genes podrían afectar la formación y organización de los distintos segmentos del cuerpo humano.
¿Las moscas podrían ser la clave para curar el alcoholismo?
Incluso, las moscas, por muy desagradables que las consideremos, se ha demostrado que podrían llegar a ser una clave importante en el descubrimiento de una cura para el alcoholismo. Estos animales, al reaccionar de la misma manera que un humano, bajo el efecto de sustancias alcohólicas y al presentar cierta resistencia, se podría confirmar lo expuesto por un grupo de investigadores de la Universidad de California, San Francisco, quienes aseguran haber descubierto un grupo de genes que evitaban que las moscas adoptarán comportamientos hiperactivos al ingerir alcohol y otros que los hacía más resistentes, recurriendo a la necesidad de emborracharse.
¿Qué sucede si coloca la hoja de laurel debajo de la almohada?
El estudio de las moscas, especialmente de la mosca de la fruta, ha contribuido al desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades humanas, como el cáncer y la enfermedad de Alzheimer. Las moscas son un modelo animal útil para la investigación médica, ya que comparten muchos genes y procesos biológicos con los humanos.