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Atentado a El Nogal: dos correos del secretariado de las FARC muestran lo que Rodrigo Londoño omitió

En la conmemoración de los 19 años del atentado, el exjefe de la extinta guerrilla sorprendió a las víctimas al decir que no conoce los motivos que llevaron a poner la bomba.

Correos del secretariado de las FARC muestran lo que Rodrigo Londoño omitió sobre bomba en El Nogal

Dos correos electrónicos del antiguo secretariado de las FARC ponen sobre la mesa una realidad que el partido político Comunes, en cabeza de su presidente, Rodrigo Londoño, omitió en su encuentro con las victimas del club El Nogal.

La cita de la reconciliación se dio el pasado lunes, 7 de febrero de 2022, cuando se conmemoraban 19 años de ese atentado que causó 36 muertos y más de 200 heridos.

La declaración de Rodrigo Londoño, sin embargo, dejó vacíos entre las víctimas porque no explicó las motivaciones de las FARC ni dio detalles sobre los responsables del crimen. Aseguró que, para la época, él operaba en el Catatumbo y no estuvo enterado de lo sucedido.

“No tengo yo en la cabeza ni conozco las conclusiones de los compañeros que tomaron la decisión de poner esa bomba, pero lo hicieron a nombre de las FARC y pensando en que iban a hacer algo bien. El resultado mismo de lo que allí pasó llevó a que nunca se reconociera que se había hecho eso por parte de las FARC. Porque en las FARC había una cartilla militar, pero en esa cartilla militar había un punto que decía que toda acción que se desarrollara debía tener un fin político”, dijo Londoño el pasado lunes.

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Los correos electrónicos de los entonces jefes de las FARC dan pistas sobre las motivaciones del atentado. El primero tiene fecha del 30 de enero de 2003, una semana antes del ataque. Lo firman, entre otros, ‘el Mono Jojoy’ y Joaquín Gómez, los entonces comandantes de los bloques Oriental y Sur, y va dirigido a Manuel Marulanda, fundador de esa guerrilla.

Camarada Manuel

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La orden que le dimos al Paisa fue estallar el carro bomba en el club el Nogal cuando hubiera personajes importantes como generales, ministros de gobierno, etc. Pero últimamente ha surgido la posibilidad real de explotarlo ante la presencia de 150 industriales y 10 diplomáticos, quienes se reúnen semanalmente. Nosotros estamos de acuerdo, al igual que el Mono, antes que todo caiga, porque en Bogotá hay una cacería de brujas espantosa. Ayer pasaron a San Vicente 11 helicópteros.

Buen rato,
Jorge, Joaco, Fabián, Martín

Esa comunicación interna demuestra que la máxima cúpula guerrillera coordinó el atentado y que su objetivo era asesinar a la mayor cantidad de personalidades con relevancia económica o política.

En el segundo correo, enviado el 13 de febrero, cinco días después del atentado, Raúl Reyes le dice al secretariado de las FARC que nieguen su responsabilidad para generar confusión en el Estado.

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Encuentro acertado nuestro análisis en cuanto al evidente desespero de Uribe y la cúpula militar por la ausencia de resultados y las crecientes presiones. Considero pertinente estudiar de nuestra parte la conveniencia política de negar responsabilidades en la formidable acción sobre El Nogal, para crearles al Estado, al gobierno y a los gringos mayores contradicciones internas aprovechando que los servicios de inteligencia no han sido capaces de detener a nadie ni poseen otras pruebas contra las FARC. Es todo.

Un abrazo, Raúl.

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Mientras tanto, las víctimas del club El Nogal siguen esperando una verdad completa sobre el atentado.

“¿Cómo me van a devolver a mi hijo, dónde lo voy a comprar? Cada día que pasa el hueco es más grande, la necesidad mayor, la verdad con todos los juguetes, de corazón, de cada parte. Con el único interés de encontrar soluciones para vivir en paz en adelante”, dijo Martha Luz Amorocho, víctima del atentado a El Nogal.

Estos correos fueron hallados en varias de las operaciones más importantes contra los campamentos guerrilleros.

Hoy están en poder de las autoridades y, sin duda, servirán para establecer la trasescena del violento atentado al Club El Nogal, esa misma de la que Rodrigo Londoño no dio muchas pistas.

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