

Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
¿Cuándo fue la última vez que se sintió inmensamente feliz? Si fue hoy, la dicha será doble al ver a este pequeño perro pomerania cuya sonrisa puede hacer olvidar, así sea por un instante, los problemas.
La expresión de su rostro refleja la dicha suprema cada vez que lo llevan a la peluquería para un corte de pelo.
Cierto es que la felicidad está en las cosas más sencillas de la vida.
Para verla, hay que tener estómago. Y es que la velocidad que alcanzan los drones es realmente vertiginosa.
Fue grabada en el depósito de un almacén y sus alrededores. Un dron persigue a otro con una cámara que graba el frenético vuelo. Mantener la vista sobre este dispositivo volador es casi imposible.
Al final, ambos drones terminan chocando. Un cierre perfecto.