“Agáchate, préstame la tanga, te doy por el piso, te azoto contra el muro”, así repasa DJ Chango algunas de las letras de las canciones de reguetón. Pero, ¿qué pasa si se reemplazan por adaptaciones de obras literarias?
La respuesta está en Perrea un libro (#perreaunlibro), una campaña viral lanzada por el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Preocupado por un estudio que ubica a México en el penúltimo lugar de lectura entre 107 países, el IIF decidió hacer del reguetón su aliado, para estimular el hábito de leer entre los jóvenes.
“La poesía es ritmo, la prosa es ritmo, es musicalidad. La promoción de la lectura comienza con la divulgación, el mensaje es el texto mismo”, dijo el investigador Fernando Curiel, en el video de la campaña.
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El primer experimento se hizo con el libro Tren subterráneo. Se adaptó a ritmo de reguetón y el cantante Baby Killa lo llevó al escenario.
Al finalizar la presentación, el mismo artista se encargó de decirles a los asistentes qué habían acabado de escuchar. “Esta canción fue basada en este libro y espero sigan fomentando la lectura”. Acto seguido, repartió varios ejemplares.
¿Podrá el ‘perreo’ incentivar la lectura? Un reto para esta campaña que al menos en redes sociales ha logrado cautivar a los seguidores del reguetón.
Cicatrices de un niño que inspiran mensajes de apoyo
Dicen que las heridas que no cierran son las del alma, pero hasta esas pueden ser tratadas con amor. Así comienza la historia de Carter Gentle, de siete años, cuya imagen ha sido compartida más de un millón de veces en Facebook.
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Carter ha sido sometido a cinco cirugías a corazón abierto. Cuando se miraba al espejo, el niño estallaba en llanto y decía que todos lo rechazarían por feo.
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Su padre, entonces, decidió publicar en Facebook varias fotografías del niño con sus cicatrices e invitó a compartirlas. El apoyo en las redes sociales no se hizo esperar.
Cada vez que alguien le da “me gusta”, suena una notificación en el celular del papá de Carter, y el niño sabe que es para él.
Carter entiende ahora que no es el único con cicatrices, que éstas son bonitas y que representan lucha y valentía.
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Resbalón de un guardia del Palacio de Buckingham
Todos sufrimos traspiés en la vida… hasta los soldados reales que custodian el Palacio de Buckingham, en Londres.
Durante el cambio de guardia, un custodio que recién comenzaba su jornada patinó y al suelo fue a parar.
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La vida sigue, eso lo sabe bien este joven, que de inmediato se incorporó y, algo sonrojado, recobró la postura. Sus compañeros continuaron la rutina, como si nada hubiera pasado.
El problema es que la escena, grabada por un turista, fue subida a internet. Hoy, miles le animan. Tranquilo, soldado, un resbalón no siempre significa una caída.
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