La misión navideña de un par de buzos para este 2020 fue sorprendente: armar un pesebre en un tanque de tiburones.
Poco a poco, en lo que ya es una tradición para el Zoo Aquarium de Madrid , fueron colocando las figuras de María, José, el niño Jesús y los reyes magos, que estaban acompañados por caballitos de mar.
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Armar el Belén acuático fue una tarea de 30 minutos a cuatro metros de profundidad.
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A los escualos que merodeaban el pesebre se unieron otros habitantes del acuario de Madrid: barracudas, tortugas, meros y rayas.
Las figuras fueron hechas en metacrilato para evitar que los animales choquen con el pesebre y se lastimen.
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