Es un zoológico inverso por donde se le mire. Su prioridad: dar albergue a felinos rescatados de las garras de los cazadores y otros peligros.
En el santuario de leones GG Conservation ellos son los que mandan. Y las jaulas solo se usan para encerrar a los visitantes humanos.
Una experiencia extrema que pocos se atreven a probar. La mayoría son amantes de la vida silvestre que buscan un encuentro cercano con los 77 grandes felinos que se pasean libremente por el lugar.
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Son 45 minutos de encierro y adrenalina que representan oro puro para los responsables del santuario, ya que con el dinero recaudado pueden cubrir los costos que conllevan las tareas de conservación y la alimentación de estos majestuosos ejemplares.
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