Separados de manera violenta de sus progenitoras y de su hábitat, los orangutanes bebés suelen convertirse en mascotas si no en esclavos de los humanos. Los traumas psicológicos no tardan en aparecer, con consecuencias dolorosas.
Josh, un bebé calvo
Su tristeza se nota a leguas. Rescatada en Borneo Occidental hace seis meses, esta cría se abraza a sí misma, lo que hace que se arranque el pelo. Y es que echa de menos el contacto físico con su progenitora.
Publicidad
Los orangutanes, según se ha estudiado, tardan entre ocho y diez años en madurar e independizarse de sus mamás.