Una de las balas le atravesó el antebrazo derecho y se alojó en el paladar. Otra lo hirió a la altura de la nuca y el proyectil alcanzó a herirlo en el temporal izquierdo. El cuarto disparo se detuvo milagrosamente cerca de las vértebras cervicales. El último tiro lo lesionó en una de sus manos.
“Abrí la puerta del garaje y salí cuando vi a una persona que subía con un abrigo pesado, bufanda y un pasamontañas. Me preguntó: ‘¿usted es Enrique Parejo?’ y alcancé a contestar cuando ya tenía la pistola a 30 centímetros de mi rostro”, narra detalladamente el exministro Parejo González.
Enrique Parejo nunca pudo identificar al sicario que envió Pablo Escobar.
Así dragones en el Bajo Cauca antioqueño arrancan oro a mordiscos del río Nechí “Esa cámara en la Guerra de Corea para mí fue como un fusil”: veterano colombiano