“Sentir el furor de la guerra que no es cosa fácil. Una cosa es escribirla, otra contarla y otra es haber estado en ella”, recuerda el sargento mayor Díaz.
A sus 85 años y montado sobre un Jeep Willy del año 46, don Gilberto, modelo 33, se mantiene entero y mantiene tan perfecta como su memoria, su cámara fotográfica.
Llegó a la Guerra de Corea buscando lo que no se le había perdido. A estas alturas ni entiende por qué se ofreció como voluntario. A sus 19 años, soldado, se embarcó en un sangrienta aventura sin contarle a su familia.
Lo que no logró para siempre con su cámara fue la batalla más heroica y mortífera que libró el Batallón Colombia en Corea: la de Old Baby o Monte Calvo.
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