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La mañana del sábado 11 de octubre de 2025, la prisión de máxima seguridad HMP Wakefield, ubicada en el norte de Inglaterra, fue escenario de un crimen que sacudió al mundo del espectáculo. Ian Watkins, exlíder de la banda de rock galesa Lostprophets, fue asesinado brutalmente por otro recluso mientras cumplía una condena de 35 años por múltiples delitos sexuales contra menores. Tenía 48 años.
El Servicio Penitenciario británico confirmó que el ataque ocurrió a las 09:39 hora local. A pesar de la rápida intervención de los servicios de emergencia, Watkins fue declarado muerto en el lugar. La Policía de West Yorkshire detuvo a dos hombres, de 25 y 43 años, como sospechosos de asesinato. Ambos permanecen bajo custodia mientras se desarrolla la investigación.
Ian Watkins fue, durante más de una década, una figura prominente del rock alternativo británico. Fundó Lostprophets en 1997 en Pontypridd, Gales, y junto a sus compañeros lanzó cinco álbumes de estudio. La banda alcanzó el número uno en las listas del Reino Unido con Liberation Transmission (2006) y logró colocar varios sencillos en el Top 10 británico, incluyendo “Last Train Home” y “Rooftops”.
Con una estética provocadora y una presencia escénica magnética, Watkins se convirtió en ídolo de una generación. Lostprophets se presentó en los principales festivales internacionales y vendió más de tres millones de discos en todo el mundo. Pero detrás del éxito, se gestaba una historia oscura que terminaría por destruir su carrera y su vida.
En septiembre de 2012, Watkins fue arrestado tras una redada en su domicilio en Pontypridd, donde las autoridades incautaron ordenadores, teléfonos móviles y dispositivos de almacenamiento que contenían material de pornografía infantil. La investigación reveló una serie de delitos sexuales que los jueces calificaron como “extremadamente perturbadores”.
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Durante el juicio, Watkins se declaró culpable de 13 cargos, incluyendo el intento de violación de un bebé, agresión sexual a menores, conspiración para cometer violaciones, posesión de pornografía extrema y distribución de imágenes indecentes. En diciembre de 2013, fue sentenciado a 29 años de prisión, más seis años de libertad condicional.
El juez John Royce, encargado del caso, describió a Watkins como “una influencia profundamente corruptora, altamente manipuladora y un depredador sexual sin remordimientos”. La sentencia fue una de las más severas impuestas por delitos sexuales en la historia reciente del Reino Unido.
Tras el arresto de Watkins, Lostprophets se disolvió de inmediato. Los miembros restantes de la banda expresaron públicamente su repulsión por los crímenes cometidos por su vocalista. En un comunicado, afirmaron que “no tenían conocimiento de las acciones de Ian y que estaban devastados por lo ocurrido”. Posteriormente, los exintegrantes formaron una nueva banda llamada No Devotion, junto al cantante estadounidense Geoff Rickly, del grupo Thursday. El proyecto buscó distanciarse del legado de Lostprophets, que quedó irremediablemente manchado por el escándalo.
La prisión de Wakefield, conocida como “Monster Mansion”, alberga a algunos de los criminales más peligrosos del Reino Unido. Watkins fue trasladado allí tras su condena, y desde entonces enfrentó múltiples incidentes violentos. En agosto de 2023, fue apuñalado por otros reclusos y tomado como rehén durante seis horas. Aunque las heridas no pusieron en riesgo su vida, el episodio evidenció el alto nivel de tensión que rodeaba al exvocalista. Según informes, era considerado uno de los presos más odiados del penal.
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Durante su estancia en prisión, Watkins fue descrito por otros internos como arrogante y provocador. En una audiencia judicial en 2019, se reveló que había sido sorprendido con un teléfono móvil oculto, lo que violaba las normas penitenciarias. En esa ocasión, describió a sus compañeros como “asesinos, violadores, pedófilos, lo peor de lo peor”.
ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL
CON INFORMACIÓN DE EFE