Un avión militar ruso se estrelló este domingo en el mar Negro y no hay "señales de supervivientes" entre las 92 personas a bordo, entre ellas miembros del coro del Ejército Rojo que iban a celebrar Nochevieja con los soldados desplegados en Siria.
Según el ministerio de Defensa, el Tupolev Tu-154 desapareció de los radares a las 05H27 (02H27 GMT), dos minutos después de despegar del aeropuerto de la localidad balnearia de Sochi, en el municipio de Adler, a orillas del mar Negro. Se dirigía a la base aérea de Hmeimim, cerca de Latakia, en Siria.
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"Se ha encontrado la zona donde se estrelló el Tu-154. No hay señales de supervivientes", declaró por televisión el portavoz del ejército ruso, Igor Konanchenkov.
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Precisó que cuatro barcos enviados para las labores de rescate encontraron restos del aparato a 1,5 km de la costa, a unos 70 metros de profundidad. Cuentan con la ayuda de cuatro helicópteros, un avión y varios drones.
Según los servicios rusos a cargo de la investigación, el aparato hizo escala en Sochi para repostar queroseno.
Los medios de comunicación rusos difundieron fotografías colgadas en las redes sociales durante la noche por uno de los pasajeros desde el aeródromo de Chkalovski, cerca de Moscú, de donde parten los vuelos del ejército hacia Siria.
El avión transportaba a 84 pasajeros y ocho miembros de la tripulación, añadió el ministerio de Defensa.
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- "Tarjeta de presentación" -
Según la lista de pasajeros publicada por el ministerio de Defensa, el avión transportaba a 65 miembros del Ensamble Aleksándrov, conocido por sus giras en el extranjero bajo el nombre de coro del Ejército Rojo. Entre ellos su director, Valeri Khakhilov.
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Iban a Siria para celebrar Nochevieja con los soldados rusos desplegados en el país desde septiembre de 2015 en respaldo al régimen del presidente sirio Bashar al Asad, aliado de Rusia desde hace tiempo.
"El Ensamble Aleksándrov es la tarjeta de presentación de Rusia", comentó el célebre pianista ruso Denis Matsuev, citado por la agencia Ria Novosti. Una "terrible injusticia".
En el aparato también viajaban nueve periodistas de las cadenas de televisión Pervy Kanal, NTV y Zvezda, dos altos cargos civiles y la responsable de una organización caritativa muy conocida en Rusia, Elizavéta Glinka.
Esta última, conocida como "doctora Liza", llevaba medicamentos para el hospital universitario de Latakia, precisó el director del Consejo de los Derechos Humanos (dependiente del Kremlin), Mijaíl Fedotov, citado por Interfax. "Todos la amaban", dijo.
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La canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro turco Binali Yildirim y el embajador de Estados Unidos en Moscú John Tefft dieron su pésame a Rusia.
El presidente ruso Vladimir Putin anunció un día de duelo nacional para el lunes en homenaje a las víctimas. "Se llevará a cabo una investigación minuciosa para determinar las causas de la catástrofe y se hará lo necesario para apoyar a las familias de las víctimas fallecidas", prometió en la televisión pública.
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A petición suya, el primer ministro Dimitri Medvedev creó una comisión de investigación dirigida por el ministro de Transportes, Maxime Sokolov, que viajará a Sochi en las próximas horas.
- 33 años de vuelo -
Por el momento las autoridades no han adelantado ninguna hipótesis sobre el siniestro, ocurrido en la parte rusa del Cáucaso, una zona inestable, y al pie de las montañas.
El aparato volaba desde hace 33 años y acumulaba más de 6.689 horas de vuelo desde 1983. Fue reparado por última vez en diciembre de 2014 y revisado en septiembre pasado.
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Se ha abierto una investigación penal para determinar si el avión se estrelló por incumplir las reglas de seguridad aérea, informó el comité de investigación ruso.
Varios Tupolev-154 sufrieron accidentes en los últimos años. En 2010, un aparato de este tipo con 96 personas a bordo, entre ellas el presidente Lech Kaczynski y altos cargos polacos se estrelló cuando intentaba aterrizar cerca de Smolensk (oeste de Rusia). Todos sus ocupantes murieron.
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Alrededor de 4.300 soldados rusos están desplegados en Siria, donde Rusia sigue reforzando su presencia militar.
El viernes, Putin ordenó este viernes agrandar las instalaciones militares en la ciudad portuaria de Tartús, en el noroeste de Siria, que supuestamente se convertirán en una base naval permanente en este país en guerra desde 2011.