En sus fotos y videos pareciera que la vida pende de un hilo, o mejor dicho de una de las manos de Carlos Rengifo, el venezolano que ha desafiado la gravedad y utiliza el miedo y la adrenalina para ejecutar sus piruetas a más de 400 metros de altura. Practica la disciplina llamada skywalker.
“No siento miedo, siento libertad, una profunda paz. Dependiendo del truco, pero siempre estoy en calma porque no puedes desesperarte”, contó Carlos Rengifo a Noticias Caracol.
Manejar una bicicleta en el filo de un rascacielos o pararse de mano en una grúa de construcción han sido parte de los desafíos que ha realizado a sus 29 años. Sus padres, aunque sienten temor, respaldan su sueño, que, según afirma este venezolano, llegó a su vida tras una premonición.
“Veía estructuras, veía nubes y entonces yo no entendía nada de lo que estaba pasando hasta que fue pasando el tiempo”, aseguró.
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Muchos lo comparan con Spider-Man, pues ejecutar sus hazañas no ha sido fácil. Ha tenido que enfrentar a organismos de seguridad al escalar la cúspide de las torres de Parque Central en Caracas.
“Pero unos años después ya hay cierto reconocimiento”, comentó Carlos Rengifo.
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Ver las caídas mortales de otros jóvenes que también practican su disciplina no lo ha hecho retroceder. Dice que siempre sabe detenerse a tiempo y no romper sus propios límites.
Uno de sus sueños en Venezuela es poder realizar una película y colgarse de un helicóptero.
El próximo reto del venezolano Carlos Rengifo es poder subir a la torre más alta del mundo en Dubái, el edificio Burj Khalifa. Para ello, espera contar con patrocinio.
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Loco, arriesgado, valiente son algunas de las opiniones que despierta este joven entre las más de 20.000 personas que lo siguen en Instagram.
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“Admiro muchísimo lo que haces... respeto la valentía para desafiarte y desafiar el viento la inmensidad de las alturas. Jamás había visto algo así. Dios te cuide te proteja!”, le escriben algunos de ellos.
En la descripción de su perfil tiene escrito: “Mi vida es como una película”.
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El skywalking es una práctica que consiste en subirse a los edificios más altos sin ningún tipo de protección ni herramientas y, sin duda, no apta para cardiacos.
Una vez en la cima, los arriesgados practicantes de esta actividad logran impresionantes videos y fotografías que ponen nervioso a más de uno.