El viernes, día de pago en ese país, unos 800.000 empleados públicos se quedaron sin sueldo. Testimonios de algunos afectados.
El cierre de una parte del gobierno federal de Estados Unidos está a punto de convertirse en el más largo de la historia, después de que el presidente, Donald Trump, asegurase que no piensa declarar "tan rápido" el proceso de emergencia nacional y el Senado aplazase una sesión prevista para este viernes.
Si antes de la medianoche no hay acuerdo, este cierre gubernamental será el más largo de la historia, superando los 21 días de otro "shutdown" que se dio entre 1995 y 1996 bajo mandato de Bill Clinton.
Y todo hace indicar que se llegará a esa hora sin acuerdo, ya que ni Trump, que exige destinar 5.700 millones de dólares para cumplir su promesa de campaña, ni la oposición demócrata en el Congreso, que se niega a liberar esos fondos para financiar una obra que considera "inmoral", cara e ineficaz para combatir la inmigración ilegal, dan su brazo a torcer.
Una de las posibilidades para acabar con el cierre es un procedimiento político que le permite a Trump saltarse el Congreso, pero que hundiría al país en una tormenta política.
"La solución fácil para mí es declarar una emergencia nacional... (pero) no lo voy a hacer tan rápido porque le corresponde hacerlo al Congreso", dijo Trump a periodistas.
El Congreso, por su parte, añadió más leña y aplazó, hasta como mínimo el lunes, una sesión prevista para el viernes a primera hora de la tarde.
Por lo que los cerca de 800.000 funcionarios federales estadounidenses afectados por el cierre gubernamental no recibirán por primera vez sus salarios el viernes. La mayoría de ellos cobra cada quincena, por lo que recibieron su paga a finales de diciembre.
La Cámara de Representantes aprobó el viernes una ley, ya aprobada por el Senado, para garantizar que los funcionarios cobren con carácter retroactivo el salario una vez termine el "shutdown". Ahora le corresponde al presidente promulgar el texto.
Este tipo de medidas son normales cuando el país sufre un cierre gubernamental, pero no beneficia a los millones de trabajadores por contrato también afectados.
"Tomados como rehenes"
El "shutdown" altera el funcionamiento de varios departamentos esenciales, como los de Seguridad Nacional (DHS), Justicia y Transporte. "Más de 200.000 empleados del DHS --encargados de proteger nuestro espacio aéreo, nuestras vías fluviales y nuestras fronteras-- no recibirán su sueldo mientras trabajan", denunció Bennie Thompson, presidente demócrata de la comisión para la Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Los principales sindicatos del transporte aéreo, entre ellos los de pilotos, tripulación y controladores aéreos, denunciaron el jueves que la situación empeora, y advirtieron del riesgo que esto tiene para la seguridad del país.
De hecho, una terminal del aeropuerto de Miami cerrará intermitentemente del sábado al lunes por falta de personal.
Alrededor de 2.000 funcionarios se manifestaron el jueves en Washington para expresar su inquietud por el deterioro de sus condiciones de vida.
"Tenemos facturas por pagar. Tenemos que pagar nuestras hipotecas", se quejó a la AFP Anthony, un trabajador público de la Guardia Costera.
"Siempre he tenido el salario más alto en el hogar y los tiempos son difíciles ahora que el dinero no llega. Afortunadamente, tenemos algunos ahorros para vivir, pero no durarán mucho", explicó. Los funcionarios fuimos "tomados como rehenes" por el presidente republicano, añadió.
A lo largo del país se organizan iniciativas privadas y públicas, como comidas gratuitas o ferias de empleo para funcionarios técnicamente desempleados.
"Emergencia nacional"
Ante la falta de acuerdo en el Congreso, Trump enarboló la bandera de la "emergencia nacional", un procedimiento que parecía que iba a activar el viernes.
"Tenemos el derecho absoluto de declarar una emergencia nacional, es un problema de seguridad", argumentó el multimillonario republicano en una visita a la colonia McAllen, en la frontera con México.
Lindsey Graham, senador republicana por Carolina del Sur y gran aliado con las posturas del presidente, mencionó esta posibilidad: "Presidente, invoque ya una emergencia nacional. Construya ya el muro", aseveró el viernes tras una reunión con Trump.
La Casa Blanca planea desviar los fondos de ayuda de emergencia para áreas devastadas por desastres naturales, como Puerto Rico, para financiar la construcción del muro fronterizo, según publicaron varios medios estadounidenses.
Una parálisis prolongada del gobierno federal "tendría un efecto considerable" en la economía más grande del mundo, advirtió el jefe de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell.