En dos circulares internas, el Departamento de Seguridad Interior el secretario de Seguridad Interna, John Kelly, dijo que aunque la prioridad seguirá siendo la captura y deportación de inmigrantes en situación irregular y con antecedentes criminales, todos los indocumentados serán susceptibles de ser devueltos a sus países.
Estos memorandos internos crean una guía para hacer cumplir dos decretos firmados el 25 de enero por el presidente Donald Trump y rechazados por su par mexicano Enrique Peña Nieto por la instrucción de iniciar la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre ambos países.
También son el primer paso concreto y detallado para la aplicación de la promesa de campaña de Trump de expulsar del país a unos 11 millones de indocumentados -la mayoría mexicanos- independientemente de que hayan o no cometido crímenes violentos en su país de origen o en territorio estadounidense.
De acuerdo con los dos documentos, fechados el lunes y divulgados este martes en el sitio web oficial del Departamento, el gobierno mantendrá la práctica de anteriores administraciones de priorizar la deportación de indocumentados con antecedentes criminales.
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No obstante, el documento añadió que, "con extremadamente pocas excepciones limitadas, el DHS no eximirá ninguna clase o categoría de extranjeros sujetos de deportación de la potencial aplicación de la ley".
"Todos aquellos en violación de las leyes de migración pueden ser sujetos a procedimientos de aplicación de la norma, incluyendo la remoción de Estados Unidos", apunta el documento.
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"Levantar los grilletes"
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, redobló esa postura señalando en la acostumbrada rueda de prensa que "cualquiera que esté aquí ilegalmente es sujeto de deportación en cualquier momento".
Pero preguntado acerca de si la meta es la "deportación masiva" de inmigrantes, respondió tajantemente que "no".
Spicer indicó que en el gobierno anterior la patrulla fronteriza y ICE "tenían las manos atadas" para cumplir las leyes migratorias.
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"El presidente quería levantar los grilletes y decir (a los agentes) 'ustedes tienen una misión, hay leyes que deben cumplirse, deben cumplir su misión y seguir la ley'".
El Gobierno estadounidense también planea robustecer su fuerza en la frontera con México: Kelly anunció la contratación de 5.000 nuevos empleados para la guardia fronteriza (CBP) y de 10.000 empleados para la agencia de control de migración (ICE).
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Nuevas directivas no modifican el programa "Acción Diferida para los Llegados en la Infancia" (DACA, en inglés), que protege de la deportación a jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, y al que también Trump prometió poner fin durante su campaña.
La publicación de las directivas ocurre dos días antes de que Kelly y el secretario de Estado, Rex Tillerson, se reúnan con sus contrapartes en México con la intención de rebajar las tensiones entre ambos países a raíz del tema migratorio.