Luego de una semana como presidente, Donald Trump habló este sábado por teléfono con varios líderes mundiales, en medio de una creciente alarma internacional generada por sus anuncios para limitar drásticamente la inmigración musulmana en Estados Unidos.
Trump se comunicó con varios líderes extranjeros durante la jornada: con el primer ministro japonés Shinzo Abe, con la canciller alemana Angela Merkel y con el presidente ruso Vladimir Putin.
La lucha frontal contra Estado Islámico fue uno de los temas abordados entre Putin y Trump. Ambos mandatarios acordaron el sábado desarrollar relaciones "de igual a igual", dando "prioridad" a la lucha contra el terrorismo y estableciendo una "real coordinación" contra ese grupo extremista en Siria, indicó el sábado el Kremlin.
"Hay voluntad por ambas partes de trabajar en común, activamente, para estabilizar y desarrollar la cooperación rusoestadounidense sobre una base constructiva, de igual a igual y mutuamente ventajosa", señaló el presidente ruso en un comunicado tras la primera conversación telefónica de ambos jefes de Estado desde que el presidente estadounidense asumiera sus funciones.
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Las conversaciones con sus homólogos dieron a Trump una oportunidad de explicar sus nuevas políticas contra refugiados e inmigrantes, que han conmocionado a gran parte del mundo, particularmente su decreto para frenar temporalmente las llegadas de refugiados e imponer controles estrictos a viajeros de siete países musulmanes.
Estas llamadas le permiten además empezar a desarrollar vínculos con estados que han sido aliados tradicionales de Estados Unidos, así como con Rusia, un país con el que Trump afirmó estar dispuesto a mejorar las relaciones durante su mandato.
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