Aunque una solemne ceremonia le dio la bienvenida en el palacio de Blenhein, unas 100.000 personas se manifestarían en contra de su visita.
La primera ministra británica, Theresa May, y su marido, Philip, recibieron al mandatario estadounidense y a su esposa en el palacio, el lugar donde nació el exprimer ministro Winston Churchill, admirado por Trump.
Guardias irlandeses y galeses, acompañados de bandas escocesas con gaitas, desfilaron a la entrada del palacio mientras las dos parejas observaban desde lo alto de una escalinata.
Posteriormente entraron al edificio para asistir a una cena de gala en la que más de un centenar de empresarios de todos los sectores del Reino Unido los acompañaron.
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Trump llegó este jueves al Reino Unido, donde permanecerá hasta el próximo domingo, tras asistir a la cumbre de la OTAN en Bruselas.
El viernes se reunirá de nuevo con May en su residencia de Chequers (sureste inglés) y, posteriormente, se encontrará con la reina Isabel II, con quien tomará el té en el palacio de Windsor, fuera de la capital, para evitar desórdenes mayores.
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Unos 10.000 policías custodian la estadía del presidente estadounidense ante el anuncio de detractores que se han manifestado en contra de su presencia en territorio inglés.
Tras su paso por Inglaterra y Escocia, la crucial cita de Trump es el próximo lunes con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Helsinki.