Poco se sabe de la reunión de 90 minutos que mantuvieron el entonces presidente de EE.UU. Donald Trump con su homólogo ruso Vladímir Putin hace dos años en los márgenes del G-20, pero un nuevo libro revela que el estadounidense quiso hacerse el duro delante de las cámaras de televisión.
Los detalles aparecen en el libro de la que fuera portavoz de la Casa Blanca Stephanie Grisham, "I'll Take Your Questions Now" (Tomaré sus preguntas ahora), que saldrá a la venta en EE.UU. el 5 de octubre aunque los diarios The Washington Post y The New York Times accedieron a una copia por adelantado.
El libro revela elementos hasta ahora desconocidos sobre la reunión de 90 minutos que mantuvieron Trump y Putin en Japón en los márgenes del G-20 y que estuvo rodeada por una gran polémica porque, para sorpresa de muchos, los dos líderes se quedaron a solas con sus traductores durante un momento mientras sus asesores esperaban fuera.
Al comienzo de esa reunión, la prensa pudo ver el saludo de los dos líderes, pero enseguida tuvo que salir.
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En ese momento, Grisham asegura que vio cómo el mandatario estadounidense se inclinaba sobre su homólogo ruso y le decía: "Está bien, voy a actuar un poco duro contigo durante unos minutos. Pero, es para las cámaras y, una vez que se vayan, hablaremos. Tú entiendes".
Asimismo, el libro, de 352 páginas, cuenta que Trump se obsesionó con una joven asistente de prensa cuyo nombre no se menciona.
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Grisham afirma que el presidente le preguntaba constantemente dónde estaba la joven cuando iba a eventos con la prensa y supuestamente la invitó repetidamente a su cabina del avión presidencial Air Force One con la intención de "mirar" su trasero.
Trump también supuestamente pidió a Grisham que promoviera a la asistente de prensa y la "mantuviera feliz"; aunque lo que hizo la autora del libro fue alejar a la joven del presidente.
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Grisham asegura que el mandatario también se comportó de manera inadecuada con ella y, una vez, le llamó desde el avión presidencial para asegurarle que su pene no era pequeño y no tenía forma de seta venenosa, tal y como había afirmado en una entrevista la actriz porno Stormy Daniels, que supuestamente mantuvo relaciones con Trump.
Además, según el libro, cuando Daniels dijo que había tenido una aventura con Trump, la primera dama, Melania, empezó a contradecir a su esposo o a ignorarle en un intento por humillarle en represalia por la humillación que ella misma sentía.
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Por eso, supuestamente, en el primer discurso anual del mandatario ante el Congreso, Melania decidió entrar en el hemiciclo agarrada del brazo de un apuesto ayudante militar.
Poco después de que se hiciera público el contenido del libro, en un comunicado, Trump dijo que Grisham "no tenía lo que hacía falta y eso fue obvio desde el principio" y usó detalles personales de la vida de la exsecretaria de prensa para intentar minar su credibilidad: "Ella -dijo- estaba muy enojada y amargada después de su ruptura y, según fue pasando el tiempo, rara vez se confiaba en ella o se penaba en ella".
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Grisham ejerció como secretaria de prensa durante 10 meses y marcó un récord en la historia de la Casa Blanca al no ofrecer ninguna conferencia de prensa, algo que normalmente es diario.
Posteriormente, pasó a trabajar en la oficina de Melania Trump y, junto a otros empleados de la Casa Blanca, renunció a su puesto después de que el 6 de enero simpatizantes del mandatario asaltaran el Capitolio para evitar que se certificaran las elecciones que había ganado su sucesor, Joe Biden