Por primera vez desde la década de 1930 en la isla murieron más personas de las que nacieron. El problema va más allá de los datos, pues la isla no produce la cantidad de ciudadanos necesaria para ser económica y socialmente viable.
Según un economista, los estragos del envejecimiento poblacional ya se sienten. “Tanto que muchos de los problemas que vive nuestra sociedad hoy son consecuencia inmediata de la combinación de baja natalidad y envejecimiento", dice.
Por todo esto, los expertos insisten en que el gobierno debe intentar frenar la espiral de envejecimiento poblacional.
Sin jóvenes que trabajen, la economía parece abocada al colapso, sobre todo porque no hay personas que generen o consuman.
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El próximo paso sería acudir a que los puertorriqueños ya retirados comiencen a aportar más.
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