Lejos de la realidad de la pandemia y entre las montañas peruanas, niños de la comunidad Cancha Cancha aprenden literatura, sumas y restas en el Valle Sagrado del Cusco.
La falta de televisores, teléfonos celulares y conexión a internet en las remotas montañas de los andes peruanos dificulta la conexión con el resto del mundo. Sin embargo, son conscientes de que deben guardar la distancia social y usar mascarillas, aunque no sepan a ciencia cierta la magnitud de la pandemia.
Dos mujeres de la comunidad se propusieron, sin ninguna ayuda del gobierno, formar una escuela en donde los niños aprenden matemáticas, a leer y las labores del campo tanto en español como en quechua.
“Los niños, en el futuro cercano, serán buenas personas y profesionales protagonistas en el desarrollo integral de la comunidad Cancha Cancha y la sociedad en general”, explica la trabajadora social Carmen Huallanca.
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Lejos del caos de las ciudades en cuarentena, la libertad que les da las montañas de los andes los llena de esperanza en medio de la enfermedad.
Tal como lo expresa Maycol Cayllahua, un feliz estudiante: “Les quiero a la profesora Carmen y a la profesora Rita. Por las tardes, vamos a nuestras casas y pastoreamos nuestras ovejas. Por eso les digo, amigos, que se cuiden de esta enfermedad”.
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Las maestras aseguran que estos niños están dispuestos a aprender y que, sin duda, algún día será los encargados de enseñar.