Cientos de miles de personas se concentran en la céntrica plaza ondeando banderas de Egipto y bajo el ensordecedor ruido de los fuegos artificiales.
La emoción se ha desbordado en Tahrir, que también fue el epicentro de la revolución que desbancó del poder al presidente Hosni Mubarak en 2011.
Los opositores cantan el himno nacional y canciones patrióticas en señal de alegría, mientras algunos apuntan con rayos láser hacia los helicópteros militares que sobrevuelan la plaza.
"Llevábamos tanto tiempo esperando este momento que ahora que ha ocurrido es emocionante. A Egipto le espera un futuro mejor", dijo a Efe la joven Joyce Saman, de 23 años.
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En las cercanías del palacio presidencial de Itihadiya, los opositores congregados corean lemas contra el gobierno de los Hermanos Musulmanes y saludan la decisión de las Fuerzas Armadas con gritos y aplausos.
Las calles de la capital se han llenado de coches, cuyos conductores tocan las bocinas al unísono, al tiempo que comparsas de personas han salido a pie a festejar la caída de Mursi.
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Mientras tanto, la escena es radicalmente distinta en la plaza de Rabea al Adauiya, en el barrio cairota de Ciudad Naser.
Allí los simpatizantes de Mursi que habían acudido para expresar su apoyo al islamista deambulan en silencio y han dejado de levantar banderas.
También se escuchan gritos de "ilegítimo", en alusión a la decisión de las Fuerzas Armadas de sustituir a Mursi por el presidente del Tribunal Constitucional.
Los opositores han protagonizado desde el domingo pasado multitudinarias manifestaciones para pedir la renuncia de Mursi y la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas, lo que había sido rechazado por el islamista, que ha defendido en todo momento su legitimidad democrática.
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El Cairo, Egipto