Le gustaba definirse como un escritor que quería contribuir al rescate de "la memoria secuestrada" de América Latina, "tierra despreciada y entrañable". Su obra sacó a la luz la realidad social del continente.
En su libro más popular, "Las venas abiertas de América Latina" de 1971, Galeano afirmó que la pampa chilena del salitre, la selva amazónica del caucho, el nordeste azucarero de Brasil y ciertos pueblos petroleros del lago de Maracaibo "tienen dolorosas razones para creer en la mortalidad de las fortunas que la naturaleza otorga y el imperialismo usurpa".
Eduardo Germán Hughes Galeano nació en Montevideo el 3 de setiembre de 1940 y tuvo una notoria militancia en la izquierda ideológica, aunque nunca se identificó públicamente con ningún partido político.
"La única manera para que la historia no se repita es manteniéndola viva", escribió el periodista, que estuvo exiliado en Argentina y España. Desde que regresó a Uruguay en 1985, si no estaba viajando se lo podía ver deambulando por las calles montevideanas o sentado en torno a una de las mesas del "Café Brasilero", en la Ciudad Vieja, ordenando sus ideas o participando en una conversación con amigos o extraños.
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Su vida personal fue discreta, pero su biografía dice que después de dos divorcios se casó con Helena Villagra en 1976 y tuvo tres hijos.
Comenzó su carrera a los 14 años, cuando entró en el mundo del periodismo publicando dibujos que firmaba "Gius", por la dificultosa pronunciación castellana de su primer apellido. Pero algún tiempo después empezó a publicar artículos, que firmó ya como Galeano.
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El incipiente escritor desempeñó todo tipo de oficios: fue mensajero, peón en una fábrica de insecticidas, cobrador, taquígrafo, cajero de banco, diagramador, editor y peregrino por los caminos de América.
"Las venas abiertas de América Latina" se tradujo a 18 idiomas y le mereció encendidos elogios desde diversos sectores.
Desde un comienzo, junto al periodista creció el escritor.
De la novela corta "Los días siguientes" (1963) a los relatos contenidos en "Vagamundo" (1973) pasaron 10 años, pero mantuvo una misma percepción de las cosas que continuó en "La canción de nosotros", premio Casa de las Américas 1975.
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