

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
El Tribunal de Apelación de Nimes, en el sur de Francia, ha aumentado a 10 años de prisión la condena contra Husamettin Dogan, declarado culpable de abusar sexualmente a Gisèle Pelicot mientras esta se encontraba inconsciente por efecto de somníferos administrados por su entonces esposo, Dominique Pelicot. El fallo, emitido tras apenas tres minutos de deliberación, refuerza una sentencia previa y subraya la gravedad de los crímenes cometidos bajo sumisión química.
La víctima, que no ofreció declaraciones tras conocer el veredicto, fue recibida con aplausos a la salida del tribunal. Levantó la mano en señal de agradecimiento a las personas que se concentraron en su apoyo, gesto que simbolizó el cierre de otro capítulo de una historia marcada por el abuso, la manipulación y la impunidad.
Durante el juicio, la defensa de Dogan argumentó que su cliente actuó bajo la influencia del exmarido de Gisèle, descrito como el “cerebro” del plan. Sin embargo, el tribunal consideró que las pruebas eran irrefutables. Catorce vídeos grabados por Dominique Pelicot, de aproximadamente media hora en total, mostraban cómo Dogan violaba a la mujer mientras permanecía completamente dormida. “Estos vídeos han salvado la vida de Gisèle Pelicot”, afirmó el abogado Antoine Camus, quien junto a Stéphane Babonneau representó a la víctima.
Los registros audiovisuales fueron determinantes: en ellos se aprecia a la víctima en un estado de total inconsciencia, sometida a múltiples agresiones en el dormitorio que compartía con su marido. Las imágenes, mostradas durante el juicio por decisión expresa de Gisèle, fueron un acto de valentía con el que buscó visibilizar la crueldad y la deshumanización detrás de las violaciones.
Gisèle Pelicot fue víctima de centenares de agresiones sexuales entre 2011 y 2020, hechos que le dejaron secuelas físicas y psicológicas permanentes. Actualmente enfrenta complicaciones de salud derivadas de enfermedades de transmisión sexual contraídas durante ese periodo.
Publicidad
La sentencia contra Husamettin Dogan, padre y obrero de profesión, se suma a la de otros 50 hombres condenados por agresión sexual y violación bajo sumisión química en el mismo caso. El endurecimiento de la pena refuerza un mensaje judicial claro: la sumisión química no atenúa la responsabilidad, sino que agrava el delito. El abogado Babonneau concluyó su alegato dirigiéndose directamente a su clienta: “Usted no perdió su dignidad ni su humanidad, solo su consciencia. Quienes la perdieron fueron sus violadores.”
Con este fallo, el caso Pelicot se consolida como uno de los más emblemáticos en la lucha contra las violencias sexuales en Francia, una historia que ha expuesto con crudeza el uso sistemático de drogas para anular la voluntad de las víctimas, y que hoy también representa un avance en el reconocimiento de su sufrimiento y su valentía.
NOTICIAS CARACOL
Con información de EFE.